Messi retrata a Buffon

El astro devuelve a la Juve el correctivo del año anterior y restaña el orgullo del Barça (3-0)

Messi, tras anotar el tercer gol a la Juventus.

Messi, tras anotar el tercer gol a la Juventus. / periodico

Joan Domènech / Barcelona

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No se planteaba el duelo como una revancha, porque nada cambiaría la eliminación de la temporada anterior, pero el Barça se cobró la deuda que tenía pendiente con la Juventus, aunque se tratara de la liguilla. Devolvió el 3-0 de Turín y restañó parcialmente el orgullo que tenía malherido desde entonces. Cinco meses más tarde –demasiado tarde– cumplió como un buen pagador, brindando al subcampeón de Europa un repasito.

Messi no había marcado nunca un gol a Buffon, constaba en el inventario del reencuentro y le hizo un retrato al veterano meta. Nadie es menos indulgente que él para perdonar cuentas pendientes. Sobre todo cuando se enfada, que se enfadó tras una tarjeta que reclamaba para Dybala en un agarrón que le impidió un avance.

Doblete y triplete

A Leo se le hincharon las venas del cuello y buscó la sangre. Tiró dos carreras que acabaron en gol: el primero lo anotó Rakitic y el segundo llevó su nombre, apuntándose un doblete europeo al triplete doméstico del sábado.

Goles que ampliaron la victoria barcelonista, redundantes del tanto que verdaderamente empezó a socavar a la Juventus. Era una jugada de dos contra cinco, y ganó la minoría. Solo porque uno de esos dos era Messi y entonces la diferencia numérica deja de ser tan abultada como parece. El Barça de Valverde aprende a caminar arrastrado por el genio, que volvió a firmar la victoria. Es la frase más repetida de la década.

Un tiro malicioso

De ese insondable cerebro nació el 1-0, el primero que conseguía meterle a Buffon, que se quedó petrificado por ese tiro cruzado malicioso, tan cargado de veneno que los 39 años del gigantesco meta no fueron un agravante. Ni siquiera un juvenil habría llegado a ese balón. Tampoco al disparo al poste que podía haber salvaguardado el resultado un poco antes.

El triunfo sobre la Juve tuvo mucho de reparador. Fue más valioso desde el punto de vista anímico que del material para la futura clasificación; tal vez lo sea para obtener el primer puesto. El Barça se sacó la espina de la temporada anterior, en la que sucumbió acomplejado tras 180 minutos sin anotar y sin dar sensación de que pudiera conseguirlo.

Bajas de titulares

La cita de la liguilla se presentó en un momento oportuno, con el Barça cogiendo carrerilla y una Juventus que aún no se ha puesto en faena, por más que lidere invicta la Serie A igual que su adversario. Al once italiano le faltaban seis titulares y su perfil cambiará cuando vayan regresando. No eran nombres cualquiera los ausentes. Eran seis titulares. En la cita de Turín se comprobará.

No estuvo tan mal el once italiano como denuncia el resultado. Disparó más que el Barça en el recuento final del partido. También al principio.

Tiró tres veces a Ter Stegen antes de que los huéspedes mancharan a Buffon. Lo intentaron De Sciglio (el lateral derecho), Dybala (mdiapunta) y Pjanic (mediocentro), lo que revela la variedad de recursos del equipo italiano, pese a las bajas, y también su atrevimiento, lo cual tiene más mérito atendiendo a la fama defensiva que le acompaña. Fueron acciones creadas a partir de pérdidas azulgranas, sin que eso sea un descrédito en absoluto: el Barça chutó de falta en la primera señala de vida que emitió pasado un buen rato de partido.

Dembélé titular

Le costó una enormidad al once local ver a Buffon bajo los palos, siempre bien protegido por la guardia pretoriana. La Juve cedió la pelota para que el niño se entretuviera, confiado en que no le causaría ningún daño. La sorpresa solo podía producise por alguna acción impredecible, nacida del talento y la improvisación de genios como Messi o Iniesta, de alguna concesión. Sandro obstaculizó a Dembélé cuando iba a consagrarse.

El delantero francés fue titular y ejerció como extremo derecho. La única variación en el equipo respecto al que goleó al Espanyol. Valverde insistió en jugar sin punta izquierdo, lo que no resultó tan llamativo esta vez por la falta de productividad.

El Barça se encalló al insistir por entrar por el centro, desechando la posibilidad de que Dembélé pudiera desequilibrar por la banda con sus carreras, de momento muy aplaudidas por la parroquia. El equipo tiene un seguro de vida en Messi (8 goles de los 13 anotados) que, de paso, dejó clara la diferencia que le separa de Dybala, investido su sucesor antes de hora. El aspirante tiró con balines; el rey tiró a matar.

Barcelona, 3 - Juventus, 0

<strong>BARCELONA (3):</strong>Ter Stegen (8); Semedo (8), Piqué (7), Umtiti (7), Alba (7); Rakitic (8), Busquets (6), Iniesta (9), Dembélé (7), Messi (10), Suárez (6).