Salud

Qué es el SIBO: síntomas y tratamiento del síndrome digestivo que afecta a muchas mujeres

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Campilobacteriosis, gases, estreñimiento... ¿Cómo evitar los trastornos digestivos típicos del verano?

dolor estomago

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Inés Sánchez

Inés Sánchez

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En los últimos meses, el SIBO, un síndrome digestivo, ha irrumpido con fuerza en las redes sociales. Con este diagnóstico, muchos ‘influencers’, sobre todo mujeres jóvenes, han podido poner nombre a los dolores intestinales e hinchazón que han sufrido durante los últimos años de su vida, y mejorar sus síntomas con el tratamiento adecuado. 

¿Qué es el SIBO?

El SIBO responde a las siglas ‘Small Intestinal Bacterial Overgrowth’, lo que significa un incremento de bacterias del intestino delgado. “En nuestro intestino delgado hay un perfil de microbiota en una cantidad más o menos controlada. Lo que ocurre en SIBO es que este perfil se altera y, además, incrementa su cantidad”, explica el nutricionista y dietista Víctor Sánchez, especialista en patologías digestivas, prevención de enfermedades y alimentación saludable.

Hasta hace unos años había más desconocimiento de las particularidades de este trastorno digestivo, pero las últimas investigaciones han contribuido a incrementar su interés y divulgación’. “La aparición de la guía clínica de 2020, la disponibilidad de pruebas diagnósticas de fácil acceso, el empoderamiento de pacientes con este tipo de síntomas y que todo el mundo habla de él en redes sociales, blogs, periódicos…”, afirma.

 Hay muchas más mujeres que padecen SIBO que hombres, pero hasta ahora se desconoce la causa. “Sabemos que durante el síndrome premenstrual y la menstruación puede haber alteraciones digestivas, dolor e hipersensibilidad. Esto puede contribuir a los síntomas, pero sería complicado saber si el ciclo menstrual tiene un factor causal en la aparición del SIBO”, aclara el nutricionista Víctor Sánchez.  

Uno de los factores que más podría contribuir a la aparición del SIBO es la alteración de la motilidad y el complejo motor migratorio. "Son movimientos intestinales que ayudarían a “limpiar” el intestino y prevenir su aparición. Este proceso está bien descrito por Mark Pimentel y su equipo, los que han visto que la alteración de estos movimientos intestinales y las intoxicaciones alimentarias por Campylobacter jejuni, E. coli, Shigella o Salmonella podrían ser uno de los principales causantes", describe.

Los síntomas más comunes

Diarrea, estreñimiento, distensión y dolor abdominal son sus principales síntomas. “Este tipo de bacterias o arqueas sobrecrecidas producen un exceso de fermentación en el intestino delgado al ingerir sustancias fermentables, lo que puede llevar a ese exceso de gases, hinchazón, distensión, alteración de las deposiciones y molestias”, añade. 

El SIBO puede detectarse de varias maneras. La más fiable es el aspirado duodenal aunque muchas veces se recomienda la de aliento porque la anterior es invasiva. “En algunos casos, la interpretación de la prueba puede ser complicada ya que hay varios factores que influyen en el resultado como su preparación, como por ejemplo, el tipo de gases que haya elevados, o los falsos positivos y negativos”, detalla el nutricionista. 

El tratamiento del SIBO

El SIBO debe tratarse con antibióticos farmacológicos, pero una alimentación adecuada es indispensable para evitar el hinchazón y las molestias. “Es una parte necesaria para mejorar los síntomas, asegurar una alimentación lo más saludable posible y adecuada a la situación del paciente, mejorar la calidad de vida y, en algunos casos, prevenir recaídas”, reconoce.

Como comentábamos anteriormente, es un síndrome muy reciente y su tratamiento seguirá mejorándose en los próximo meses. También se investiga sobre antibióticos herbáceos, probióticos y otros suplementos o fármacos. “Actualmente es difícil tomar una decisión con poca incertidumbre al elegir estos tratamientos porque la investigación es escasa y no hay una posología y procedimientos bien estandarizados”, concluye el nutricionista. 

Alimentación indicada

Pese a que no hay una dieta muy específica para las pacientes de SIBO, sí hay varias recomendaciones importantes. "Una de las más habituales es la dieta baja en FODMAPs, la cual reduce la ingesta de alimentos ricos en oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables", explica Víctor Sánchez.

Esta dieta no debe ser siempre igual de estricta como al principio, cuando el paciente desconoce más su cuerpo. A medida que sepa exactamente qué alimentos generan molestias y en qué cantidad, podrá ir modificándola. "El objetivo es limitar estas sustancias fermentables durante el tratamiento del SIBO y, posteriormente, reintroducir hasta encontrar un punto de tolerancia en el que la persona pueda llevar una alimentación más variada y saludable", concluye.

En principio, no debe eliminarse el gluten de la dieta: "La retirada del gluten en estos casos solo se recomienda en enfermedad celíaca o sospecha de sensibilidad al gluten o trigo no celíaca. Aunque es fácil que se de esta recomendación y los pacientes sientan una mejoría al retirarlo, ya que los cereales con gluten son altos en FODMAPs y suelen sentar mal" recuerda el nutricionista, especializado en atologías digestivas, prevención de enfermedades y alimentación saludable.