Anuncio por sorpresa

Miguel Lago se marcha de 'Todo es mentira': "Las últimas semanas han sido muy difíciles"

El cómico ha sorprendido a los espectadores del espacio de Cuatro al comunicar esta decisión

Miguel Lago en 'Todo es mentira'

Miguel Lago en 'Todo es mentira' / CUATRO

Redacción Yotele

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La mesa de 'Todo es mentira' dice adiós a uno de sus integrantes más importantes. Miguel Lago ha anunciado este jueves por sorpresa que abandona el programa de Cuatro después de haber formado parte de él durante más de 3 años: "Esto se acaba. Mis compañeros saben que estoy en un momento de cambio, de iniciar una nueva etapa".

"Las últimas semanas han sido muy difíciles. Me han afectado enormemente y he decidido poner pie a tierra, equilibrar todo e iniciar una etapa nueva donde nos veremos y desarrollaré nuevos proyectos", afirmó el cómico en la edición de este jueves del programa presentado por Risto Mejide.

"Te agradecemos muchísimo la etapa que se cierra hoy en nombre de todo el programa. Vamos a disfrutar del de hoy. Aquí siempre tendrás la puerta abierta", le dijo Risto Mejide a Miguel Lago, que hizo una petición al equipo del programa: "Que me pongan música alegre que hoy voy a hacer lo que hacemos cada tarde, chistes y risas".

Con la marcha de Lago, 'Todo es mentira' se queda sin una de las caras con las que inició su andadura en Cuatro a principio del año 2019. Su buena labor como colaborador del programa de las tardes de Cuatro fue premiada por Mediaset con 'Los teloneros', su propio espacio, que presentó con Antonio Castelo y que solo estuvo unas semanas en la complicada franja del mediodía.

Antes de su llegada a Cuatro, el comunicador ya había tenido varias experiencias en el mundo de le televisión, una de las más destacadas y al mismo tiempo que muchos no recordarán, es su paso por 'Curso del 63' en Antena 3.

En 2009 la cadena de San Sebastián de los Reyes apostó por este curioso docu-reality en el que un grupo de 20 jóvenes viajaban al año 1963 para vivir como entonces se hacía. Se convirtieron en alumnos del San Severo, donde se encontraron con unos estrictos profesores de la época que les obligaban a vestirse, peinarse y, sobre todo, comportarse como chicos de los 60.