Entrevista YOTELE

Hugo Silva, María Hervás y Maxi Iglesias: "'La cocinera de Castamar' es una serie de época muy moderna"

Hablamos con los actores sobre la nueva serie ambientada en el siglo XVIII, que llega este jueves a Antena 3

Hugo Silva, María Hervás y Maxi Iglesias en diferentes escenas de 'La cocinera de Castamar'

Hugo Silva, María Hervás y Maxi Iglesias en diferentes escenas de 'La cocinera de Castamar' / ATRESMEDIA TELEVISIÓN

Redacción Yotele

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'La cocinera de Castamar' aterriza este jueves en el prime time de Antena 3 con su primera temporada. Además de Michelle Jenner y Roberto Enríquez, Hugo Silva, María Hervás y Maxi Iglesias también forman parte del elenco actoral de esta ficción ambientada en el siglo XVIII en la que dan, respectivamente, vida a Enrique Arcona, Amelia Castro y Francisco Marlango, tres personajes que tendrán bastante peso en las tramas. YOTELE habla con Hugo Silva, María Hervás y Maxi Iglesias sobre sus personajes en la serie de Atresmedia.

Habladnos un poco de vuestros personajes.

Hugo Silva: Enrique es un tipo cuyo motor es la venganza y que tiene mucho poder e influencia en Castamar. Más adelante, veremos cuáles son las razones concretas que lo mueven, pero ha sido un personaje muy divertido de interpretar, sobre todo por esa facilidad y agilidad que tiene a la hora de manipular y mover por dentro de la corte.

María Hervás: Amelia es un personaje que sufre una evolución súper potente en un espacio de tiempo muy corto. Viene de la nobleza gaditana y acabar de perder a su padre, perdida la deja en una situación de mucha vulnerabilidad porque su título está un poco en duda. Llega a Madrid para relacionarse con la corte y encontrar marido para poder escapar de la prostitución o de un convento, las otras salidas que le quedaban a una mujer así en aquella época. Vais a ver cómo pasa de ser una chica ingenua e ilusionada con todo a una mujer con ambiciones que comprende que no es oro todo lo que reluce y que debe espabilar si quiere vivir en un entramado de mucho enredo y poder.

Maxi Iglesias: Francisco pertenece al entorno de más confianza de Diego de Castamar (Roberto Enríquez). Él se aprovecha de esas recepciones y fiestas en el palacio para dar rienda suelta a lo que más le sacia, que es la parte sexual. Ahí encuentra a una complice perfecta.

¿Os sentís identificados con vuestros personajes?

H.S.: Fijate, yo no me siento identificado con mi personaje, pero sí que como actor me parece divertidísimo hacer un personaje así. Tener un motor muy fuerte y, sobre todo, tantos recursos para conseguir lo que quiere es un regalazo. Además, creo que tengo otras herramientas si tengo un problema con alguien en comparación a lo que hace este hombre, pero es que lo divertido es eso. No he tenido que tirar absolutamente de nada de mi persona para rellenar a Enrique.

M.H.: Yo creo que en parte me pasa como Hugo. No pienso que tenga mucho que ver conmigo, pero como actriz, siempre encuentro una resonancia de los personajes en mí. Creo que no dejamos de ser seres humanos y, al final, somos diferentes porcentajes de los mismos componentes. Sí que es verdad que, si me pongo a pensar como la versión de mí misma que estaba empezando en esto, puedo entender esa evolución de ser inocente hacia la supervivencia. Soy otra persona más resabiada. Creo que en eso he basado mi arco.

M.I.: Yo he intentado aplicar lo práctico que yo puedo ser a la hora de decir a alguien que me gusta o lo que quiero de ella porque Francisco es muy persuasivo. Le da mucha vuelta a todo y lo convierte todo en un juego, pero lo que realmente quiere decir es que quiere irse a la cama con esa persona. Obviamente, no tengo nada que ver con ese planteamiento. Si quiero ir a la cama, lo digo. No me ando con rodeos.

¿Cómo ha sido vuestros trabajos de preparación de los personajes? ¿Cómo lo habéis construido?

H.S.: Todo ha ayudado. Hemos tenido muchas referencias que nos han facilitado los directores. Tampoco es una época muy lejana, por lo que con nada que investigues encuentras cosas, ya que hay muchísima documentación en la que te puedes apoyar, pero hemos ido a la contra en muchas cosas. Desde en el acting hasta en otras muchas cosas como, por ejemplo, la posición de la cámara. Son detalles muy actuales, y creo que ese es el valor de esta serie de época muy moderna.

'La cocinera de Castamar' es una serie ambientada en el siglo XVIII. ¿Habéis encontrar alguna dificultad especial a la hora de dar vida a vuestros personajes?

H.S.: Básicamente, el calzado.

M.H.: Las chicas teníamos corsés súper apretados. Han sido muchísimas horas grabando con esto que te dejaban los pulmones y la caja toráxica súper comprimida. Como, a nivel formal, nos hemos cargado mucho el concepto de cómo se debe interpretar la época y hemos ido a una cosa mucho más actual y fresca, el vestuario ha sido una de las cosas que más nos han impedido estar libres del todo. Es súper bonito, ya que el trabajo del equipo es alucinante y eleva la serie, pero, lógicamente, ponerte un vestido que pesa muchos kilos con los tontillos y tal es súper incómodo durante muchas horas.

Me imagino que cuando os quitabais el vestuario respirabais, nunca mejor dicho.

M.H.: Suena a lo típico que decimos las actrices cuando hacemos un proyecto de época, pero hay que vivirlo para poder entenderlo. No podía vestirme ni desvestirme ni al baño sola. Me tenían que ayudar dos compañeras del departamento de vestuario. Cada vez que terminaba el rodaje, tenía todo el torso marcado del corsé. Cuando acabábamos, siempre me apetecía ir a tomar unas cervezas.

H.S.: A mí me llamó la atención como microfonaban a las chicas. Se inventaron un artilugio para meter el cable del micrófono y sacarlo por abajo y era como una especie de palo selfie.