Entrevista YOTELE

Michelle Jenner y Roberto Enríquez ('La cocinera de Castamar'): "Clara y Diego son esa luz dentro de la oscuridad en la que viven"

Hablamos con los actores sobre la nueva serie ambientada en el siglo XVIII de Atresplayer Premium

Michelle Jenner y Roberto Enríquez en 'La cocinera de Castamar'

Michelle Jenner y Roberto Enríquez en 'La cocinera de Castamar' / ATRESPLAYER PREMIUM

Redacción Yotele

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'La cocinera de Castamar' aterriza este domingo en Atresplayer Premium con su primera temporada. Michelle Jenner y Roberto Enríquez interpretan a Clara Belmonte y Diego de Castamar, protagonistas de la ficción ambientada en el siglo XVIII. Tras pasar por un pasado doloroso, ambos personajes tendrán que luchar contra uno de los grandes obstáculos de la época si quieren estar juntos: la diferencia de clases, además de hacer frente a la sed de venganza de Enrique de Arcona (Hugo Silva). YOTELE habla con los actores sobre sus personajes en la nueva serie de Atresmedia.

Ambos tenéis experiencia previa en ficciones de época pero, ¿qué hace diferente a 'La cocinera de Castramar' respecto a otras series de este estilo?

Michelle Jenner: Cada época es distinta. No tiene nada que ver una época con otra distinta, ni un personaje con el otro. En este caso, estamos en el siglo XVIII e interpreto a Clara Belmonte, una chica a la que le ha ido relativamente bien hasta que por una desgracia se ve sin nada y con un trastorno de agorafobia que le permite vivir de una manera normal. La única manera que tiene para salir hacía adelante es entrar en las cocinas del Palacio de Castamar.

Roberto Enríquez: Había hecho época, pero nada del siglo XVIII. Es una etapa muy especial por la estética que tiene y por todo lo que ocurrió con esa ruptura de la sociedad feudal y la llegada de la ilustración. Lo que verdaderamente importa es la historia, que podría ocurrir en pleno siglo XXI.

¿Qué principal dificultad habéis encontrado a la hora de construir vuestros personajes?

M.J.: Quizás, por ejemplo, en los momentos en los que Clara muestra sus trastornos de agorafobia. A veces son sensaciones que sientes tú por dentro. La intención es mostrarle al público cómo lo siente ella. Creo que se ha trabajado muy bien con la cámara para explicarlas mejor. Pienso que el espectador va a poder percibir perfectamente cómo se ha contado.

R.E.: En mi caso me estudié la novela más que el propio novelista. Tenía tanta información en la cabeza que creo que he tenido que pasar por un proceso de aprendizaje para dejar todo lo que tenía en la cabeza y centrarme en lo más importante.

¿Tú también has leído la novela, Michelle?

M.J.: Cuando me propusieron, no me la había leído y yo lo pregunté porque según el director prefieren o no que lo hayas hecho. En este caso, me dijeron que querían trabajar conmigo con el guión desde cero para crear este personaje.

Ambos personajes tienen un pasado doloroso, ¿esto ha supuesto un obstáculo para ellos en las tramas?

M.J. : De algún modo, ellos son esa pequeña luz dentro de la oscuridad que están viviendo. Cada uno tiene su propio drama personal y no dejan de ser unos supervivientes, aunque sean de clases distintas. Entre ellos surgirá un flechazo que no lograrán entender con la razón porque esta les dice que no es posible. De repente, es como si le devolviesen un poco de esa vida que se había apagado.

R.E.: No creo que sea exactamente el punto de origen de los obstáculos. Es una dificultad de la que ambos tienen su drama y eso les hace que empiecen la historia con la mochila muy llena de algo pesado, pero también puede ser la parte positiva para que ocurra lo que ocurre entre ellos. Los seres humanos no estamos acostumbrados a vivir en la depresión, la angustia y el miedo. Necesitas anhelar y esperar que pasen cosas diferentes y, de alguna manera, esto es lo que ocurre entre ambos. No porque lo pretendan, sino porque ocurre. Es una oportunidad que les brinda la vida para escribir una novela diferente.

¿Os sentís identificados con vuestros personajes o son completamente diferentes a vosotros?

R.E.: Soy más cobarde y aburrido. A mí me encantaría identificarme con Diego de Castamar pero creo que no. No soy tan valiente. Este tipo es capaz de ir contra las normas establecidas para intentar vivir un amor contra viento y marea. Lo arriesga todo, y, a veces, es más difícil tomar una decisión así cuando tienes mucho que perder. Lo único que me acerca a él es que es un tipo que está muy influenciado por la Ilustración.

¿Es muy incómodo trabajar con el vestuario de época?

M.J.: Sí. El corsé cómodo no es... (risas). Queda muy bonito y está muy bien, pero no. Yo no me lo pondría en mi día a día.

R.E.: En caso de los chicos, los zapatos eran un potro de tortura porque llevaban tacón y no estaba acostumbrado. Otra de las cosas que me tocaban la moral eran las medias. Había de dos tipos y una de ellas estaba constantemente arrugándose, teniendo que metérmelas por dentro del pantalón.

Junto al regreso de 'Los hombres de Paco', 'La cocinera de Castamar' también supondrá tu reencuentro con Hugo Silva, Michelle. ¿Cómo te sientes al volver a trabajar con él?

M.J.: Siempre digo que no me reencuentro, me encuentro. Hugo y yo no nos hemos separado (Risas). Hemos ido coincidiendo a lo largo de los años en muchos proyectos. Siempre lo digo, es un compañero increíble. Ojalá siempre con él, pero es verdad que en este caso nuestros personajes no se encuentran mucho. Él está en la parte noble y yo en la cocina, pero siempre es un gustazo compartir serie. De hecho, ha sido divertido porque aquí es malvado y le da un poco de juego al asunto.

Si tuvierais que definir 'La cocinera de Castamar' con pocas palabras, ¿cuáles serían?

R.E.: ¡Brutal! Siento mucho orgullo viéndola.

M.J.: No puedo mejorar esa palabra (risas).