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Anna Bosch (TVE) narra su experiencia como familiar de un ingresado con coronavirus: "A ti tampoco te pueden consolar"

La excorresponsal de la cadena pública considera una "tortura" que los familiares no puedan acompañar a sus seres queridos en estos complicados momentos

Anna Bosch, ex corresponsal de TVE

Anna Bosch, ex corresponsal de TVE / periodico

Redacción Yotele

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Una periodista muy conocida de los servicios informativos de TVE ha narrado en primera persona lo que muchas familias están viviendo estos días a causa del coronavirus. Anna Bosch ha publicado un hilo de tuits en su cuenta oficial de Twitter explicando cómo es vivir con una persona afectada por covid-19, como es el caso de Carmelo Machín, su pareja y también excorresponsal de la cadena pública: "Persona de contacto. Relato corto en primera del singular".

"Eso soy yo desde el lunes pasado, la persona de contacto de un ingresado en aislamiento respiratorio por neumonía, atribuida al coronavirus, a pesar del resultado negativo de la prueba clínica. (...) Primero fueron diez días en casa con fiebres altas, con picos de 38,7C. Ni tos, ni aparente problema respiratorio. Infección post-operatoria (había pasado por quirófano el martes 11) fue la deducción de las primeras consultas médicas", asegura la excorresponsal de la cadena pública.

Bosch cuenta que no ha vuelto a Machín desde el lunes 23 por la mañana, día en el que lo acompañó a urgencias para recoger el resultado de las pruebas a las que se sometió: "Pasaban los días, la fiebre no bajaba, el apetito desaparecía y retrocedían la resistencia física y la mental. Su estado de alarma coincidió con el del país".

"Desde que empezó la pandemia me estremecía pensar en quienes no pueden acompañar la agonía de sus seres queridos, ni velarlos cuando mueren. Le ha ocurrido a algunos amigos. Y enloquecía sólo de pensar en ese aislamiento de días donde respirar es una proeza. Solo con tus demonios. Esa tortura ajena la vivo desde el lunes muy de cerca", continua Anna en su cuenta de Twitter.

Además de narrar su constante atención al teléfono por si recibe una llamada de los médicos, la periodista aclara que Machín no se encuentra intubado ni en la UVI o UCI, desvelando también los episodios de ansiedad que sufre por esta situación: "Esa presión en el tórax como si tuvieras una plancha de metal o un garrote vil que se va atornillando con cada aspiración. Esa sensación de que cada aspiración será la última".

"Descubres en tu piel lo más cruel de esta enfermedad, no poder acercarte siquiera a dar consuelo. No poder dedicar una sonrisa de cerca, ni una leve caricia en la mano. Y a ti tampoco te pueden consolar. No puedes quedar con nadie y que te abrace. Pero descubres otro privilegio. El teléfono, la voz, las video-llamadas, la video-conferencias en grupo. Organizar aperitivos o meriendas con amigos que, incluso cuando has estado en el fondo de un pozo, te han arrancado una sonrisa. Hemos llegado a hacer una con una amiga ¡en la ducha!", explica.

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