Pacificar el centro de la ciudad sin colapsar la periferia, el reto de Vilanova i la Geltrú

Una de las cuestiones que más ha marcado la última legislatura en Vilanova i la Geltrú (Garraf) han sido las políticas de movilidad. Especialmente en el último año, con la aplicación de distintas medidas para pacificar el centro.

La más controvertida, el cambio de circulación en 40 calles. Un revulsivo que ha desatado críticas de la oposición, vecinos y comerciantes, quejosos por el “colapso” generado en torno a la zona pacificada. Todos los partidos afrontan las elecciones municipales del 28-M coincidiendo en reducir el tráfico contaminante en el centro de la ciudad, pero existen divergencias en el modelo aplicado hasta ahora. El próximo gobierno deberá decidir si consolida los cambios de los últimos años o si los replantea, mientras España obliga a poner en marcha la Zona de Bajas Emisiones (ZBE).

Una de las primeras medidas polémicas en Vilanova llegó en el 2020, cuando el gobierno local suprimió uno de los dos carriles de la ronda Ibèrica para destinarlo a aparcamiento. La intención era trasladar a las afueras todas aquellas plazas de coches suprimidas en calles del centro, ya que el Estado instaba a los Ayuntamientos a ampliar el espacio de las aceras para garantizar el distanciamiento interpersonal por la covid.

La medida se perpetuó en el tiempo y el gobierno aseguraba que la reducción de espacio en la ronda favorecía un tráfico más lento y menos contaminante. Sin embargo, hace menos de un año cambió de parecer y optó devolver el doble carril casi en toda la vía. El motivo, según el ejecutivo, era la necesidad de ofrecer una vía rápida por la inminente pacificación del centro y también por la implantación de la ZBE a partir de 2024.

Más medidas

En paralelo, en el último año, se ha pacificado la rambla Samà, uno de los principales ejes en sentido montaña-mar. La eliminación de aparcamiento y la construcción de un carril bici cambiaron la fisonomía de la calle y los comerciantes denunciaron una pérdida de clientes. El gobierno planteaba el mismo modelo para la avenida Francesc Macià, pero el proyecto levantó numerosas críticas y derivó en una masiva manifestación de vecinos y comerciantes. La falta de entendimiento y la futura construcción de un aparcamiento disuasorio dejaron la reforma en punto muerto.

Por último, a la espera de que se concrete el despliegue de la ZBE -de aplicación obligada el año que viene-, este 2023 comenzaba en Vilanova con una transformación global del tráfico de la ciudad: entraba en vigor la pacificación de seis subzonas del centro que comportaban cambiar de sentido 40 calles y prohibir el cruce de la rambla Principal a excepción de la carretera general. La medida ha sido fuertemente criticada por varios sectores.

La alcaldesa y candidata de ERC, Olga Arnau, sostiene que las grandes líneas de la pacificación estaban ya marcadas en el mandato anterior y recalca que van en consonancia a las directrices marcadas desde Europa y España. Admite autocrítica en la forma en que se han comunicado todos los cambios pero asegura que los primeros estudios avalan la medida. Según el Ayuntamiento, en una de las travesías de la rambla Principal se retiraron 7.500 coches diarios. "Sólo 500 hacían trayectos necesarios en la zona, mientras el resto cruzaban la ciudad como vía de paso", apunta.

Arnau defiende que es necesario seguir descongestionando el centro y augura que en los próximos cuatro años se consolidarán los cambios recién implementados. ERC apuesta por trazar una red de aparcamientos disuasorios en toda la periferia, mejorar la oferta de bus urbano y fomentar un eslabón de vías rápidas en las afueras.

Las posturas de los demás grupos

Desde el PSC rebaten las medidas de ERC. El candidato Juan Luis Ruiz se compromete a realizar un “replanteamiento íntegro” del modelo de pacificación “porque ha sido un desbarajuste”. Ruiz reprocha al ejecutivo la eliminación de viales de tráfico fluido y la pacificación de algunas zonas "haciendo un traspaso de coches a calles que ahora tienen el triple de vehículos, por lo que generan más contaminación". El candidato socialista advierte que el modelo de Vilanova no se ajusta a la normativa de las ZBE.

Desde Junts -responsables de la concejalía de Movilidad el último mandato- auguran que en los próximos cuatro años se consolidarán los cambios implementados y apuestan por focalizar los recursos en una mejora del bus urbano. En este sentido, proponen estudiar la gratuidad para todos los residentes, ampliar líneas y también las frecuencias de paso. En paralelo, anuncian la construcción de nuevos aparcamientos y la ampliación del parking enterrado del centro.

La CUP y Som VNG ven “imprescindible” invertir en mejoras del bus urbano durante el próximo mandato. Mejorar el trazado de los puestos, agilizar la frecuencia y renovar la flota son propuestas coincidentes de ambas formaciones. También apuestan por mejorar la red de carriles bici de forma consensuada con los vecinos y ampliar la pacificación en todos los barrios, en especial la calle Llibertat de Baix-a-Mar. Los de la CUP insisten en la necesidad de definir las políticas de movilidad sostenible de forma consensuada a través de procesos participativos, mientras Som VNG recalca la necesidad de redefinir el modelo de ciudad en su conjunto, de modo que no sea necesario realizar grandes desplazamientos para ir de compras, trabajar o ir a la escuela.

A su vez, Ciutadans propone revertir las actuaciones “delirantes” desplegadas en la última legislatura y defienden que es necesario “encontrar el equilibrio” entre el coche, los peatones y los vehículos sostenibles. Critican que hasta ahora "se haya declarado la guerra en el coche" y abogan por "ofrecer alternativas", como una mejor red de bus urbano y aparcamientos disuasivos en las afueras. En el programa también llevan revisar los carriles bici y prohibir el paso de bicicletas por la rambla Principal.

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