El 'tour' de Ana Obregón

periodico

Excitación enEls matins de TV-3. La visita deAna Obregónha revolucionado a las damas allí presentes. La señoraMelero, muy agitada, muy subyugada y muy nerviosa, nos advertía con gozo que enseguida la veríamos entrando en TV-3. Y efectivamente, como en las mejores entradas delPresident de la Generalitat, vimos que habían desplazado una cámara hasta la puerta, y fuimos siguiendo la gloriosa penetración deAnitaenla teva. La señoraMoliner, pasmada y retrancona, mientras observaba el porte indumentario que había elegido para la ocasión iba diciendo:«¡Ooohhh! Qué sencilla, qué sencilla». O sea, un sutil cachondeo. Y luego, cuandoAnitaya estuvo instalada en el plató y la estaban entrevistando por su virtuoso libro de memorias y recuerdos (Así soy yo), ocurrió un momento de gran frenesí. Fue cuando relataba su apasionada relación conFernando Martín, en concreto cuando contó, en tono de reproche hacia sí misma:«Le dije '¡No te quiero!', y era mentira, ¡era mentira!». ¡Ah! Saltó entonces la señoraMelerocon mucho desasosiego e inquietud, y exclamó:«¿Pero, por qué, por qué le dijiste que no le querías? ¡Pero si estabais superenamorados! ¡No lo puedo entender! ¡No puedo entender estas cosas!». Y el clima que se conformó fue muy hermoso: la Obregóny laMelero, unidas fraternalmente, lamentando aquel desafortunado «No te quiero», mientras la señoraMoliner, más maravillada que nunca, iba murmurando:«Miradlas, ¡qué gran momento!». ¡Ahh! Estamos de acuerdo: un gran momento. Pero como estaban en el último minuto del programa, tuvo que intervenir entonces la señoraOltra diciendo: «Ana, tú sigue contándole a Helena, porque nosotros tenemos que irnos». Y en efecto, mientras todos iban desfilando, ellas dos siguieron y siguieron.... Hombre, yo espero que alguien haya grabado esta apasionante conversación entre ellas, y que nos la vayan ofreciendo por capítulos, todos losMatins, sistemáticamente. ¡Ahh! Quizás podría durar, tranquilamente, hasta diciembre.