Alicia Framis y su holograma comiendo

El planteamiento daría para mil historias de ficción. Ante la muerte repentina de un hombre, su pareja decide ‘resucitarle’ gracias a la Inteligencia Artificial (IA). La historia podría derivar hacia un drama romántico en el que el amor triunfaría y ella se sentiría acompañada de por vida. O una tragicomedia en la que la protagonista se enfrentara a la decisión de ‘matar’ a su pareja virtual ante la aparición de un nuevo amor real. O una auténtica pesadilla si la criatura potenciara algunos rasgos machistas del difunto y se convirtiera en un controlador omnipresente, implacable. Sí, una infinidad de relatos podría surgir de la fantasía de establecer relaciones entre humanos y (re)creaciones de personas gracias a la IA. Solo que, para Alicia Framis, la historia ya no es una ficción.