Así quedó el campo de desplazados que bombardeó ayer Israel

VÍDEO: EFE / FOTO: REUTERS

Entre las ruinas calcinadas de las tiendas de campaña, apenas quedan los restos de las pocas pertenencias que habían viajado por toda la Franja de Gaza. Zapatos desparejados, bidones vacíos o colchones quemados, en medio de kilos de cenizas, son los únicos recordatorios de vida que quedan de uno de los mayores campos de desplazados de Rafah, al sur de Gaza, después de que los aviones israelíes lo bombardearan este domingo por la noche matando a una cincuentena de personas. El olor a carne quemada no ha impedido a los supervivientes combatir la oscuridad de la noche en busca de los restos de sus familiares entre las tiendas carbonizadas. Después de varios desplazamientos a lo largo de estos ocho meses de guerra, familias enteras, incluidos bebés y niños, han acabado muriendo en un "accidente trágico", según el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, en aquella zona “humanitaria” que Israel les dijo que era “segura”.