Traspaso de poderes entre Giorgia Meloni y Mario Draghi al frente del Gobierno de Italia

YARA NARDI / REUTERS / VÍDEO: EFE

A finales de mayo de 2022, es decir, poco más de un mes antes de la caída del Gobierno de Italia presidido por Mario Draghi, Oleg Kostiukov, primer secretario de la embajada de Rusia en Roma, y Antonio Capuano, consejero en temas de relaciones internacionales de Matteo Salvini, el líder de la Liga, mantuvieron una reunión. Según documentos de inteligencia difundidos por el diario turinés La Stampa, el diplomático ruso preguntó al político ultraderechista si su formación política estaba "dispuesta" a retirar a sus ministros de un Ejecutivo que, tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania, había respaldado sin fisuras las sanciones contra Moscú y había aceptado enviar armas al país eslavo atacado. La difusión de la conversación provocó un escándalo de grandes proporciones en el país transalpino ante la posibilidad de que Moscú hubiera jugado un papel en el final de la etapa Draghi. La polémica fue a más cuando se supo que el funcionario ruso presente en ese encuentro era, nada más y nada menos, que el hijo de Igor Kostiukov, director del Departamento Central de Inteligencia, más conocido como GRU, la agencia de inteligencia militar.