Luís Martí refugiado de la guerra civil española

ICONNA /J. CASTRO/C. OVIEDO

Lluís Martí llegó a la frontera francesa el 12 de febrero de 1939. Tenía 15 años y formaba parte de la Guardia de Asalto del Ejército Republicano, que había delegado en sus integrantes más jóvenes la tarea de buscar a los soldados que quedaban desperdigados  tras la batalla, y de conducirlos a los lugares donde se reagrupaban sus unidades. Había retrocedido al mismo ritmo al que las tropas franquistas habían ganado terreno en su avance hacia Barcelona, siempre cerca del frente de batalla, y por esa razón estaba en la ciudad el mismo día de la caída, el 26 de enero. «Fuimos de los últimos en salir hacia Francia», recuerda. Parte de la ciudad estaba tomada por los nacionales cuando emprendió la huida con su compañero Ángel Záforas, pero Martí conocía bien el terreno y se metió por montes para esquivar al enemigo, y en Montgat entró en contacto con la retaguardia de la retirada republicana. Le tomó dos semanas llegar a pie hasta la frontera.