Investigación noruega

Estudiar reduce el riesgo de mortalidad: es tan importante como no fumar ni beber alcohol

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Estudiantes durante la prueba MIR el pasado sábado 20 en Madrid.

Estudiantes durante la prueba MIR el pasado sábado 20 en Madrid. / MINISTERIO DE SANIDAD / EFE

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La mortalidad por todas las causas a nivel mundial ha disminuido por el acceso a la atención médica y la calidad de la misma, los avances tecnológicos, la reducción de la pobreza, el acceso al agua y al saneamiento, los derechos laborales y, fundamentalmente, el acceso a la educación.

Es conocido el efecto positivo de la educación en la reducción de la mortalidad adulta por todas las causas; sin embargo, la magnitud relativa de este efecto no se ha cuantificado sistemáticamente. Un nuevo estudio realizado por investigadores del Centro de Estudios Globales, Investigación sobre Desigualdades en Salud (CHAIN) en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), muestra ahora que la educación salva vidas independientemente de la edad, el sexo, la ubicación y los antecedentes sociales y demográficos, de hecho cada año de educación reduce la mortalidad en un 2 por ciento.

Los investigadores también compararon los efectos de la educación con otros factores de riesgo, como llevar una dieta saludable, fumar y beber demasiado alcohol, y encontraron que el resultado de salud era similar. Por ejemplo, el beneficio de 18 años de educación se puede comparar con el de comer la cantidad ideal de verduras, en lugar de no comer ninguna verdura. No ir a la escuela es tan malo para ti como beber cinco o más bebidas alcohólicas al día o fumar diez cigarrillos al día durante 10 años.

Si bien los beneficios de la educación son mayores para los jóvenes, los mayores de 50 e incluso 70 años todavía se benefician de los efectos protectores de la educación. Los investigadores no encontraron diferencias significativas en los efectos de la educación entre países que han alcanzado diferentes etapas de desarrollo. Esto significa que más años de educación son tan efectivos en los países ricos como en los pobres.

"Más educación conduce a mejores empleos y mayores ingresos, mejor acceso a la atención médica y nos ayuda a cuidar de nuestra propia salud. Las personas con un alto nivel educativo también tienden a desarrollar un conjunto más amplio de recursos sociales y psicológicos que contribuyen a su salud y a la duración de sus vidas", añade.