Una de las discotecas más míticas de Catalunya empieza a desaparecer

El Ayuntamiento de Manresa ha empezado la retirada del pavimento del aparcamiento de la antigua discoteca Pont Aeri, cerrada desde el 2001 por orden municipal.

Estas obras afectan una superficie de poco más de una hectárea y tienen un coste de casi 153.000 euros, un dinero financiado por el fondo europeo Next Generation en el marco del Plan de Recuperación, Transformación i Resiliencia (PRTR) en el municipio de Manresa.

El regidor de Acción Climática del Ayuntamiento, Pol Huguet, ha explicado que una vez se haya retirado todo el pavimento, se hará un labrado de la zona para facilitar la renaturalización del espacio.

Huguet ha detallado que se ha decidido mantener una pequeña parte del pavimento delante de la discoteca para poder comparar la diferencia en la evolución de la vegetación en el tramo renaturalizado respecto al trozo que mantendrá el pavimento.

En concreto, el pavimento tenía un grosor de entre 3 y cuatro centímetros y esto hacía, según Huguet, "que pudiera crecer poca vegetación, solo algún árbol que se colaba por alguna rendija".

"Ahora aceleraremos el proceso y, si algún día llueve, volverán a crecer hierbas, árboles y arbustos", expone. Además, el regidor ha avanzado que la idea es llevar ganado para que pastar en determinadas épocas del año.

La actuación se enmarca en el proyecto de renaturalización del sector de Can Poc Oli -donde se encuentran los restos de lo que un día fue Pont Aeri-, que tiene el objetivo de recuperar la biodiversidad de la finca de 6 hectáreas, que es de titularidad municipal. La iniciativa, pionera en Catalunya, consiste a dejar que el ecosistema evolucione con la mínima intervención humana.

En ese sentido, la retirada del pavimento de la finca, situada a la confluencia de la riera de Rajadell y el río Cardener, es la actuación más importante de este proyecto hecha hasta ahora.

Una obra millonaria

El siguiente paso para eliminar completamente el rastro de la mítica discoteca Pont Aeri, cerrada hace más de veinte años, es derrocar el edificio. Por esta actuación, todavía no hay un calendario previsto, puesto que la operación tendría un coste próximo a los 500.000 euros.

El alto coste del escombro se debe, principalmente, al hecho que el tejado de la edificación es de fibrocemento y también que en el interior hay tres vigas de hierro de grandes dimensiones.

"La actuación se hará solo cuando se consiga una subvención de alguna administración superior, no se hará con recursos propios", asegura Huguet. Aun así, el regidor deja claro que el escombro del edificio "no afecta el conjunto del proyecto" porque "se trata solo de 0,24 hectáreas del total de la finca".