Desastres naturales

"Un escenario de pesadilla": el aviso de la Organización Meteorológica Mundial ante la llegada de huracanes

Naciones Unidas advierte de los "seis puntos de inflexión" que podrían causar "daños irreversibles" en la salud del planeta

Cómo hablar de la crisis climática sin causar hartazgo o ansiedad: "Nadie empatiza con cifras y gráficos"

Miembros del Ejército patrullan en una playa cercana a Acapulco (México) amenazada por el huracán 'Otis'.

Miembros del Ejército patrullan en una playa cercana a Acapulco (México) amenazada por el huracán 'Otis'. / REUTERS / JAVIER VERDIN

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La llegada del huracán Otis a México ha disparado todas las alertas climáticas por su virulencia: El ciclón tropical, que tocó tierra este miércoles cerca de Acapulco es uno de los que se ha intensificado más rápido en la historia y ya ha alcanzado la categoría 5 con vientos máximos de 265 km/h (165 mph), según el Centro Meteorológico Especializado de la OMM en Miami.

El efecto del huracán es múltiple, y es muy probable que provoque marejadas ciclónicas catastróficas, vientos potencialmente mortales e inundaciones urbanas repentinas.

"Un escenario de pesadilla", dijo el Centro Meteorológico Regional Especializado de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que solo tiene precedente el catastrófico huracán Patricia de 2015.

Uno de los mayores peligros del mundo

“Su área de afectación es uno de los puntos críticos. Somos conscientes de los desafíos que enfrentan debido a las tormentas tropicales, los huracanes y los cambios en los patrones de precipitación impulsados en parte por los impactos del cambio climático y en parte por El Niño y La Niña”, explicó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.

Taalas participó ayer en un congreso de alto nivel sobre la respuesta de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) ante los desastres climáticos cada vez más frecuentes.

La Organización Mundial de Meteorología ha impulsado un sistema de "alertas tempranas" que garantice en toda la Tierra la respuesta rápida que pueda salvar vidas en un momento de alta vulnerabilidad de las poblaciones y su economía por el daño del impacto climático.

Calor extremo

Gran parte de América del Sur tuvo el invierno más cálido jamás registrado, y temperaturas máximas superiores a los 40°C continúan hasta la primavera en países como Argentina, Bolivia y Paraguay. El Caribe también se ha visto afectado por un calor extremo y empapado por tormentas tropicales tardías.

Se espera que el actual fenómeno de El Niño alimente aún más las temperaturas terrestres y oceánicas y un clima más extremo, con fuertes lluvias e inundaciones en algunas partes de la región y sequías en otras.

Sequía amazónica

La peor sequía jamás registrada está afectando a la cuenca del Amazonas y no se vislumbra un respiro. A mediados de octubre, el río Negro en Manaos batió el récord histórico del nivel más bajo desde 1902, el 23 de octubre, con 13,59 metros.

El humo de los incendios en Argentina, Brasil y Bolivia ha sido visible desde el espacio.

El Niño normalmente provoca una disminución de las precipitaciones en la cuenca del Amazonas, pero los científicos están cada vez más preocupados de que las tendencias a largo plazo del cambio climático y la deforestación estén influyendo.La deforestación significa que los suelos de la selva amazónica almacenan menos humedad durante la temporada de lluvias, y el aumento de la temperatura contribuye a ello. Los incendios recurrentes han dañado ecosistemas vitales. Partes del sur del Amazonas, que solían ser un sumidero de carbono vital, corren el riesgo de convertirse en una fuente neta de carbono debido a los incendios, según Carlos Nobre, investigador principal del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Sao Paulo, Brasil.

Tormentas de arena y polvo

La región del Caribe y América del Sur también son vulnerables a las tormentas de polvo, incluidas las incursiones desde el Sahara, que agravan los problemas de calidad del aire.

Las tormentas de polvo afectan a la aviación y al transporte por carretera; reducen el rendimiento de las plantas de energía solar y propagan patógenos humanos, todo lo cual afecta negativamente a las economías locales y regionales. La pérdida de nutrientes del suelo le cuesta a la agricultura más de 8.000 millones de dólares.

La Semana del Clima de América Latina y el Caribe tiene como objetivo contribuir al primer balance global del Acuerdo de París, un paso crucial para renovar la ambición mundial en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados Celsius.

Se espera que unos 3.000 participantes de toda la región enmarquen los debates en torno a cuatro temas clave, cada uno de ellos diseñado para proporcionar contribuciones específicas de la región.