Refugiados de guerra

La Justicia paraliza el retorno de dos menores a Ucrania con sus supuestos maltratadores

Dos juzgados ordenan detener el regreso de ambos adolescentes a un hogar de acogida ucraniano y los devuelven con las familias que los albergan en Catalunya hasta que el caso se resuelva en un juicio

El 60% de los niños ucranianos acogidos en Catalunya ya han regresado con sus familias

Menores refugiados ucranianos, a su llegada a España.

Menores refugiados ucranianos, a su llegada a España.

Jordi Ribalaygue
Clàudia Mas
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Dos juzgados de Barcelona han paralizado el retorno de una chica y un chico ucranianos, menores de edad, huérfanos y refugiados en Catalunya a su país, en guerra desde que el Ejército ruso lo invadió hace casi dos años. La Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA) trasladó días atrás a los jóvenes de sendas viviendas en Terrassa y Palau-solità i Plegamans a un centro de menores de la Generalitat, después de que la familia que los cobijaba en la ciudad ucraniana de Nikopol pidiera recuperar la tutela de ambos. Las familias catalanas que los albergan reaccionaron acudiendo a la Justicia, que ha suspendido por ahora el retorno de Diana, de 16 años, y Oleg, de 14, a su hogar en Ucrania, donde supuestamente recibían maltrato, según afirman los menores y sus respectivos padres de acogida.

La DGAIA confirma que los jueces han dictado como medida cautelar que “los menores no pueden volver a Ucrania mientras no se celebra el juicio”, pendiente tras el recurso de las familias que alojan a los jóvenes desde que huyeron al comenzar la ofensiva rusa, en febrero de 2022. Los magistrados también obligan a que ambos adolescentes vuelvan con las familias que los hospedan en Catalunya hasta que la vista se celebre. “Lo facilitaremos”, responde la DGAIA.

Las familias de acogida del Vallès Occidental celebran la “buena noticia”. Este lunes se han reencontrado con los jóvenes, tras pasar una semana en el centro de menores.

Riesgo de ir al frente

“Lo estamos pasando muy mal, tanto los niños como las familias. Es todo un calvario, ya no podemos más”, admite Yolanda Saldaña, madre de acogida de Diana. Habla de “la desesperación y la impotencia" que le ha generado la situación. Explica que no se debe solo por haber sido separada de repente de Diana, sino porque los dos adolescentes alegan que los tutores legales que han reclamado su custodia los maltrataban presuntamente.

"¿Cómo tenemos que dejarla volver a un país en guerra donde además sufría abusos? No me puedo ni imaginar a la niña yendo al frente de guerra, con todos los soldados", teme Yolanda.

“Cuando le corregíamos comportamientos y actitudes nos decía: ¿Y ahora no me pegas?”, cuenta Sergi Castañé, padre de acogida de Oleg. Comenta que fue detectando situaciones “irregulares”, hasta que el menor reveló que "desde pequeño recibía golpes en casa".

Diana lo contó a través de un vídeo en las redes sociales. “No quiero volver. La familia me maltrataba, no me quería. Aquí tengo una familia a la que quiero mucho y ellos a mí”, dijo en la grabación. Yolanda explica que la adolescente, consciente de la situación, “quería convertirse en un altavoz de centenares de menores que viven unas situaciones de abusos normalizadas" en el país de Europa del Este.

Procedimiento judicial

A las familias les avisaron en diciembre que los menores iban a volver a Ucrania. “Somos conscientes de que es algo temporal, aunque ha sido un procedimiento duro, ya que Diana ha estado con ataques de ansiedad desde que ha empezado esta cuenta atrás”, confiesa la madre de acogida. Asegura que les dijeron que los menores serían albergados en la frontera entre Polonia y Ucrania. “La sorpresa apareció el 15 de febrero, cuando nos dijeron que volverían a Nikopol, uno de los puntos clave de la guerra, y que el siguiente lunes nos retirarían a los niños”, relata. 

La familia de acogida de Diana conoció un informe que los servicios sociales de Ucrania emitieron para la DGAIA, en el que definían a la adolescente como una persona con rasgos “conflictivos y con un mal comportamiento”. "Parecía la descripción de una persona que no había conocido nunca", sostiene Yolanda. Para ella, Diana es todo lo contrario. “Ayuda en casa, se muestra activa, se preocupa... Ha hecho un cambio de vida”, subraya. 

En la misma línea se expresa Mia Busquets, la directora del Insituto Egara, donde Diana cursa Secundaria: “Es una niña encantadora, empatiza con todo el mundo, se preocupa por cualquier detalle... Es ejemplar”.

Fuentes judiciales confirman que las familias solicitaron unas medidas cautelarísimas para frenar la vuelta a Ucrania. Se trata de unas medidas extraordinarias por circunstancias de especial urgencia. Los juzgados de primera instancia 14 y 16 de Barcelona estimaron que los adolescentes permanezcan de momento con las familias de acogida catalanas y prohiben que salgan de España sin autorización judicial. 

Tras adoptarse las medidas, ambas familias prometen persistir y “no defraudar” a los menores que se hallan en situaciones similares a las de Oleg y Diana. "Haremos lo que haga falta para se revisen los actuales protocolos catalanes de acogida de menores", reivindica Castañé.

Un caso semejante

Otros menores refugiados en Catalunya sí han vuelto al país atacado por Rusia. Otra familia de acogida ucraniana rogó recuperar la custodia de cinco hermanos, también de Nikopol, declarados huérfanos y repartidos entre diferentes familias de la provincia de Barcelona desde el estallido del conflicto. Tres familias catalanas alegaron que los adolescentes se oponían a la devolución porque, según desvelaron los chicos, sus tutores en Ucrania los maltrataban. Aun así, los menores fueron entregados al matrimonio ucraniano en junio de 2023.  

Tras una breve estancia en Francia, viajaron con la pareja a Kiev, donde han sido testigos de bombardeos. Los padres de acogida de tres de los hermanos demandaron a la DGAIA. Pidieron que se revirtieran las resoluciones por las que perdieron la guarda de los jóvenes y que se acordara que retornen a España. 

El juzgado de primera instancia número 17 de Barcelona ha desestimado la petición. Aunque admite que los muchachos “expresaron de forma reiterada su voluntad de no retornar” y que habían padecido maltrato, la sentencia concluye que la DGAIA recabó información al respecto y supervisó un proceso para revincular a los menores con el hogar ucraniano de acogida. Añade que el retorno de los hermanos a Ucrania queda fuera del litigio. Las familias catalanas prevén recurrir.

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