Guerra en Ucrania

El 60% de los niños ucranianos acogidos en Catalunya ya han regresado con sus familias

Familias de acogida catalanas alertan de que hay menores que han vuelto a zonas de conflicto

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Refugiados ucranianos son recibidos por sus familias de acogida, a su llegada al aeropuerto de Manises, el pasado 12 de marzo en Valencia.

Refugiados ucranianos son recibidos por sus familias de acogida, a su llegada al aeropuerto de Manises, el pasado 12 de marzo en Valencia. / JORGE GIL

Jordi Ribalaygue
Elisenda Colell
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Desde que empezó la invasión a Ucrania, en febrero de 2022, la Generalitat ha asumido la tutela de 386 niños y adolescentes procedentes de Ucrania. A día de hoy, solo permanecen 153 en Catalunya. El 60% han vuelto con sus padres o tutores legales, según los datos facilitados por la Conselleria de Drets Socials. El Govern asegura que el Gobierno ucraniano ha designado a una persona para hacer el seguimiento de estos casos. Sin embargo, algunas familias de acogida aseguran que muchos de estos menores han vuelto a convivir con las bombas en zonas de conflicto.

Teresa Pardo alojó a un niño ucraniano en su piso de Barcelona hasta principios del verano pasado. El menor –ahora tiene 13 años– logró salir de Nikopol, al sur de Ucrania, a los pocos días del inicio de la invasión rusa. Huyó junto con sus dos hermanas y sus dos hermanos, mayores que él, con ayuda de una oenegé y las familias con las que han pasado algunas temporadas desde hace años en Catalunya. Los cinco adolescentes, que desde 2019 estaban a cargo de una familia de acogida ucraniania por ser declarados huérfanos, fueron distribuidos en los hogares en los que ya habían estado anteriormente. 

Parentalidad intacta

La Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (DGAIA) ha asumido la tutela de todos estos menores, mientras que las familias acogedoras catalanas, que han pasado por un proceso de supervisión a través de entidades sociales acreditadas, se han encargado de la guardia. "Lo han hecho de una forma temporal y condicionada a la situación de guerra: los progenitores o tutores tienen todos sus derechos y la condición de parentalidad intacta y, por tanto, pueden pedir el retorno para hacerse cargo de sus hijos", cuentan desde Drets Socials.

En el caso de Pardo y el resto de hermanos de su ahijado, se tramitó un primer requerimiento de retorno en mayo de 2022, cuando su familia ucraniana se encontraba en Turquía. Lo lograron suspender. La segunda petición llegó cuando los familiares se refugiaron en Perpiñán (Francia). Los niños finalmente fueron entregados el 22 de junio. "Sin embargo, no llegaron a estar ni 15 días en Francia”, lamenta Pardo.

Ella y otras familias que acogieron a estos hermanos afirman que los menores se encuentran en Kiev, capital que no está a salvo de los misiles. “Están asustados. La señora con la que están, como es tan creyente, no baja a los refugios. Cuando suenan las alarmas, los pone a rezar”, explican. Antonio Real, padre de acogida de otro de estos hermanos, tiene constancia de que su ahijado, de 15 años, ha sido testigo de al menos un ataque aéreo en las inmediaciones de su vivienda. “¿Los mandan allí cuando aún hay bombardeos? Es un sinsentido. Aquí estaban tranquilos y seguros”, cuestiona.

Retorno paralizado

No se trata del único caso. Otra familia de acogida teme tener que entregar a su ahijado a su madre biológica, que se encuentra en Nikopol, objetivo de los bombardeos rusos durante toda la guerra. Ellos acogen a un chico de 16 años que dejó a su madre en Ucrania el 5 de marzo de 2022junto a sus cinco hermanos, que también llegaron a hogares catalanes para ponerse a salvo de las bombas. "No ha sido un año fácil para él, pero se ha ido adaptando y ahora está estudiando Informática, está contento, y él nos lo dice que claro que quiere ver a su madre, pero que no quiere regresar allí", asegura la madre de acogida. "¿No hay una forma de traerla a ella aquí?", pregunta.

De ahí que su sorpresa fue mayúscula cuando el 16 de septiembre, a través de un correo electrónico, le comunicaron que debía llevar el menor a la sede de la DGAIA en un plazo de 15 días. "No es justo que estos niños tengan que volver a zonas de guerra cuando los hemos traído justamente para evitarles el peligro", afirma la mujer. "¿Qué papel tiene la DGAIA? ¿Esto es legal?", se pregunta.

Lo cierto es que, después de que EL PERIÓDICO se pusiera en contacto con la Generalitat sobre este caso, el Govern comunicó a esta familia que se paralizaba el retorno del niño. "Hemos decidido estudiar mejor el caso, trabajamos para encontrar la mejor solución para el bienestar de todos los niños", sostienen desde Drets Socials.

Supervisión ucraniana

De hecho, desde la conselleria afirman que el procedimiento para entregar a los menores cuenta con el visto bueno de varias administraciones. "Se comunica al Consulado Ucraniano y al Ministerio de Justicia, que está en contacto con sus homólogos ucranianos –explican desde el Govern–. Además, existe la figura de referencia autorizada por el Gobierno ucraniano, que es la persona con la que los menores llegaron y quien hace el seguimiento", explican desde el Govern.

Sin embargo, las familias consultadas por EL PERIÓDICO ya se han puesto en contacto con abogados. De hecho, tres de las que acogen a los cinco hermanos ucranianos obtuvieron una resolución de la ONU que instaba a suspender el traslado. No obstante, se comunicó el mismo día en que se practicaba y no bastó para frenarlo. El abogado que les representa, Albert Parés, interpuso una demanda contra la DGAIA que ha sido admitida a trámite.

“No tiene ningún sentido sacar a unos niños de aquí y trasladarlos a Ucrania, más cuando el conflicto se está recrudeciendo”, asegura Pardo. Real cuenta que el adolescente que acogía en su casa había remontado en los estudios al dejar Ucrania y afincarse en Catalunya. “La resolución decía que, mientras durase el conflicto, permanecerían en España. Pero se ha ignorado”, protesta.