Astrofísica

Un satélite de telecomunicaciones brilla más que las estrellas y molesta a los astrónomos

Es el precursor de una red mucho más grande que podría perjudicar incluso la detección de asteroides peligrosos

Ruta del BlueWalker 3 sobre el horizonte del telescopio Kitt Peak en Arizona.

Ruta del BlueWalker 3 sobre el horizonte del telescopio Kitt Peak en Arizona. / KPNO/NOIRLab/IAU/SKAO/NSF/AURA/R. Sparks

EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE

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Un satélite de telecomunicaciones brilla más que las estrellas y revoluciona la astronomía óptica y los radiotelescopios porque sus señales de radio interfieren la observación del espacio. No es el único que perjudica la calidad del cielo nocturno y pone en peligro la detección de asteroides peligrosos.

Un satélite de comunicaciones lanzado hace un año por la empresa AST SpaceMobile está causando problemas a los astrónomos de todo el mundo.

El satélite, llamado BlueWalker 3, tiene una gran antena que refleja tanta luz solar que se ve más brillante que la mayoría de las estrellas en el cielo nocturno. Además, sus señales de radio interfieren con los telescopios que observan el espacio en esa frecuencia.

BlueWalker 3 es el primero de una constelación de más de cien satélites que pretenden ofrecer un servicio de telefonía móvil vía satélite, sin necesidad de antenas terrestres.

Más que el Polo Norte

El satélite se encuentra en una órbita geoestacionaria a unos 36.000 kilómetros de la Tierra y tiene una antena cuadrada de ocho metros de lado, que equivale a unos 64 metros cuadrados.

Según un estudio publicado en la revista Nature Astronomy, el satélite alcanza una magnitud aparente de hasta +0,4, lo que significa que es más luminoso que el Polo Norte y casi todos los demás objetos estelares.

La magnitud aparente es una medida de cuánto brilla un objeto en el cielo, y cuanto menor es el número, más brillante es. Por ejemplo, la Luna llena tiene una magnitud de -12,6 y Venus de -4,6.

Los astrónomos han observado al satélite durante más de 130 días desde diferentes lugares del mundo y han comprobado que su brillo varía según el ángulo con el que refleja la luz del Sol y su posición en el cielo.

Contaminación lumínica

En algunas ocasiones, el satélite puede pasar desapercibido, pero en otras puede ser una fuente de contaminación lumínica que dificulta la observación de objetos más débiles.

Además del problema óptico, el satélite también supone un obstáculo para la radioastronomía, ya que emite señales en la banda L (entre 1 y 2 gigahercios), que es utilizada por muchos telescopios para estudiar fenómenos como las pulsaciones de las estrellas o las erupciones solares. Estas señales pueden causar interferencias y distorsiones en los datos recogidos por los instrumentos.

Satélites de Starlink sobre el bosque nacional Carson, Nuevo México.

Satélites de Starlink sobre el bosque nacional Carson, Nuevo México. / M. Lewinsky/Creative Commons Attribution.

Vienen más

Los autores del estudio advierten de que este satélite es solo el precursor de una red mucho más grande que podría agravar aún más la situación.

Según sus planes, AST SpaceMobile planea lanzar otros 110 satélites similares en los próximos años para cubrir todo el planeta con su servicio de telefonía móvil. Esto podría multiplicar los efectos negativos sobre la astronomía y reducir la calidad del cielo nocturno.

Los investigadores piden a la empresa que tome medidas para mitigar el impacto de sus satélites, como reducir su reflectividad, modificar su orientación o limitar sus emisiones de radio.

También solicitan a las autoridades internacionales que regulen mejor el uso del espacio y protejan el derecho a observar las estrellas.

Otros casos

Además de BlueWalker 3, hay otros satélites que causan problemas similares a la astronomía, como explicó un estudio del European Southern Observatory (ESO), publicado en 2020.

Por ejemplo, la constelación Starlink de SpaceX, que tiene como objetivo proporcionar internet de alta velocidad a todo el mundo, está formada en la actualidad por 5.000 pequeños satélites que reflejan la luz solar y crean rastros luminosos en el cielo.

Estos satélites pueden interferir con las observaciones astronómicas, especialmente las de gran campo, que abarcan grandes áreas del cielo. SpaceX ha intentado reducir el brillo de sus satélites con un recubrimiento oscuro o un parasol, pero los resultados no han sido satisfactorios.

Otras empresas como Amazon o OneWeb también planean lanzar sus propias constelaciones de satélites, lo que podría aumentar la contaminación lumínica y las interferencias de radio.

Detección de asteroides amenazada

Los astrónomos piden una regulación internacional del uso del espacio y medidas de mitigación por parte de las empresas para proteger el derecho a observar las estrellas, pero de momento nadie les ha hecho mucho caso. Priman otros intereses.

Y eso a pesar de que los satélites pueden también obstaculizar la detección de asteroides peligrosos (como ha denunciado un estudio del Caltech), ya que al reflejar la luz solar y crear rastros luminosos en el cielo nocturno, dificultan la observación de objetos más débiles, como los cuerpos que podrían terminar impactando contra la Tierra.

Los satélites también pueden emitir señales de radio que interfieren con los telescopios que observan el espacio en esa frecuencia, lo que puede causar distorsiones y pérdida de datos.

Además, los satélites pueden ocupar una parte del campo de visión de los telescopios y reducir la eficiencia de la detección de asteroides, así como representan un riesgo potencial de colisión para las misiones espaciales que intentan desviar o estudiar los asteroides.

Referencia

The high optical brightness of the BlueWalker 3 satellite. Sangeetha Nandakumar et al. Nature, 02 October 2023. DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-023-06672-7