Arqueología / Antropología

La Península Ibérica fue el refugio climático europeo durante la última glaciación

Un nuevo análisis aporta el conjunto de datos más grande jamás generado de genomas de cazadores-recolectores europeos prehistóricos

Reconstrucción de un cazador-recolector asociado a la cultura gravetiense (hace 32.000-24.000 años).

Reconstrucción de un cazador-recolector asociado a la cultura gravetiense (hace 32.000-24.000 años). / Crédito: Tom Bjoerklund.

Pablo Javier Piacente

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Investigadores de todo el mundo han realizado un nuevo estudio, que incluye los genomas de casi 400 cazadores-recolectores prehistóricos de diferentes culturas, en el cual se respalda directamente por primera vez la hipótesis de que durante el Último Máximo Glacial los grupos humanos que habitaban el actual territorio europeo encontraron refugio en la región climáticamente más favorable del suroeste continental, concretamente en la Península Ibérica, y no sobre el centro y el sur de Europa, como se creía previamente.

Un estudio a gran escala liderado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, la Universidad de Tübingen y el Centro Senckenberg para la Evolución Humana y el Paleoambiente, en Alemania, junto a la Universidad de Pekín, en China, y la colaboración de 125 científicos de diferentes nacionalidades, reescribe la historia de las migraciones de los cazadores-recolectores de la Edad del Hielo en Europa durante un período de 30.000 años. En el trabajo ha participado también el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), un centro de investigación mixto de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.

La investigación, publicada en la revista Nature, aprovecha el conjunto de datos más grande jamás producido de genomas de cazadores-recolectores europeos prehistóricos, incluyendo la información genética de 356 cazadores-recolectores prehistóricos de diferentes culturas arqueológicas, junto a nuevos conjuntos de datos de 116 individuos de 14 países diferentes de Europa y Asia Central. Esta investigación presenta información genómica de 16 cuerpos humanos en el sur de España, incluido un varón de 23.000 años de la Cueva del Malalmuerzo (Granada). El trabajo también aporta nuevos datos sobre habitantes del Neolítico de 7.000 a 5.000 años en yacimientos arqueológicos de Andalucía, como la Cueva de Ardales.

Sobreviviendo a la última Edad de Hielo

De acuerdo a una nota de prensa, se sabe que los humanos modernos comenzaron a extenderse por Europa y Asia hace unos 45.000 años, pero algunas investigaciones indican que los primeros humanos modernos que llegaron a Europa no contribuyeron genéticamente a las poblaciones posteriores. El nuevo estudio se centra en las personas que vivieron hace entre 35.000 y 5.000 años, que son en parte los ancestros de la población actual de la amplia región conocida como Eurasia Occidental.

Un punto clave es que la investigación incluye por primera vez los genomas de personas que vivieron durante el Última Máximo Glacial (LGM), que fue la fase más fría de la última Edad de Hielo, hace unos 25.000 años. Los grupos humanos prehistóricos analizados se relacionan con la llamada cultura Gravetiense, que aunque estaba muy extendida por toda Europa hace entre 32.000 y 24.000 años y compartía varios rasgos culturales similares, al mismo tiempo mostraba diferencias genéticas entre las distintas regiones. 

Anteriormente se pensaba que la península itálica había sido elegida como refugio protector por los humanos durante el LGM, dadas sus características climáticas. Sin embargo, los científicos no hallaron coincidencias genéticas entre las poblaciones de cazadores-recolectores asociadas con la cultura Gravetiense en el centro y sur de Europa y los grupos humanos posteriores al LGM. 

Al parecer, en estas áreas se asentaron personas con un nuevo acervo genético, sin registrarse una continuidad genética de las poblaciones previas. Según los científicos, estas personas vinieron de los Balcanes, llegando primero al norte de Italia en la época del máximo glacial y extendiéndose luego por todo el sur hasta Sicilia.

El refugio fue la Península Ibérica

Por el contrario, los científicos sí hallaron evidencias que permiten respaldar, por primera vez, que los antiguos pobladores europeos eligieron la Península Ibérica y todo el suroeste de Europa como refugio durante el Último Máximo Glacial, aprovechando las condiciones climáticas más benignas. 

Llegaron a esta conclusión al confirmar que el acervo genético de las poblaciones gravetienses occidentales se encuentra de forma continua durante al menos 20.000 años en esta zona: sus descendientes, asociados con las culturas solutrense y magdaleniense, permanecieron en el suroeste de Europa durante el período más frío de la última Edad de Hielo, o sea entre 25.000 y 19.000 años atrás. Posteriormente, se extendieron por el noreste hacia al resto de Europa. 

"Gracias a estos hallazgos podemos respaldar la hipótesis de que durante el Último Máximo Glacial la gente encontró refugio en la región climáticamente más favorable del suroeste de Europa", indicó en el mismo comunicado citado previamente el científico Cosimo Posth, primer autor de la investigación.

Por último, los hallazgos muestran que no existió intercambio genético entre las poblaciones de cazadores-recolectores en Europa occidental y oriental, que eran muy diferentes genéticamente, durante varios milenios. Las interacciones entre personas de Europa central y oriental solo volvieron a detectarse desde hace aproximadamente 8.000 años