Concursante de 'OT 2023'

Martin Urrutia: "Soy partidario de hacer lo que el corazón te pide, que es lo que te hace feliz"

El joven vasco, que ha protagonizado con su compañero Juanjo una bonita historia de amor en el 'talent', participa en la serie de Los Javis 'Mariliendre'

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Martin Urrutia, cantante y actor, en su paso por 'OT'.

Martin Urrutia, cantante y actor, en su paso por 'OT'.

Inés Álvarez

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En pocos meses la vida de Martin Urrutia ha dado un gran giro: ha entrado en un concurso tan mítico como ‘OT’; ha quedado finalista; se ha enamorado hasta las trancas de un compañero, con el que ha formado la pareja más bonita de la historia del ‘talent', y, al salir, además de esperarle la gira del concierto de 'OT' por España y su participación en los JJOO de Olímpicos de París con el himno del equipo español, compuesto con cinco compañeros, ha publicado su primer ‘single’, ‘Rompeolas’ (el primero de la edición en llegar a los 2 millones de ‘streams’ en Spotify) y le han fichado nada menos que Los Javis para su serie musical: 'Mariliendre". Con solo 18 años ha visto cómo se han ido cumpliendo sus sueños. Solo le preocupa una cosa: no perder el norte. Y siendo vasco, esa expresión tiene un significado literal.

“El ser finalista me ha dado la oportunidad de participar en el proyecto de los JJOO de París. Si no hubiéramos llegado, alguno no estaría metido en este proyecto”, reflexiona, seguramente sin poder evitar que podría no haber estado él o no tener la suerte de que también figurara Juanjo, con el que ha tenido la suerte de vivir la experiencia hasta el final. “Ya hemos grabado el videoclip, pero no sé cuándo saldrá o se hará oficial”, cuenta.

Sus crisis en el 'talent'

Y eso que él, pese a que al inicio sentía que llegaría lejos en ‘OT’, al notar el apoyo de los profesores y del público, tanto en las galas como al salir favorito, y que sus actuaciones se valoraban muy bien, vio peligrar su futuro en el 'talent'. “En la semana previa a entrar a la final estuve en la cuerda floja y pensé que me podría ir”. Ni siquiera el recuerdo del calor que sintió en las firmas de discos en Madrid, a las que acudió con Bea y Ruslana, pudieron evitarlo. “Lo viví con las también pequeñas de la edición, la triple alianza madrileña. Ver que habían acudido 12.000 personas a Las Ventas por nosotros tres fue muy ‘heavy’”, rememora ilusionado.  

Tampoco eso impidió que sufriera alguna crisis, porque se le cruzaba alguna canción o porque sentía que él, tan artista, tan bohemio, había perdido la creatividad que le definía al entrar. “Me faltaba estar con mis amigos de siempre, mi hermandad, que somos artistas todos, porque hemos estudiado Artes Escénicas y Plásticas en el mismo centro de Bilbao y tenemos las mismas inquietudes. Y salir al exterior a respirar, a ver árboles”, confiesa sin que eso suponga que no valore la importancia de estar en el ‘talent’.

 “’OT’ te da una gran exposición”, admite. “Jamás creí que fuera a cumplir cada uno de mis sueños”, asegura, para contar, tras mencionarle que su estilo de cantante es más el de Amaia que el de David Bisbal, que justo acababa de comer con la navarra. “Como seguidor que he sido y fan fiel, verla ahora a ella nerviosa porque me iba a conocer a mí, ha sido muy bonito”, narra emocionado.

Actor y bailarín

Su paso por el ‘talent’ le ha servido, además, para mostrar su capacidad interpretativa, al asignarle temas “curiosos” en los que tenía que hacer un poco de actor. Y también su gran talento para el baile, faceta en la que suelen destacar las chicas. “Nunca lo viví como 'estoy demostrando que los hombres también podemos hacerlo'. Yo he bailado desde los 7 años. Rodeado, es cierto, de muchas chicas. Era el único chico. Pero sí, esos momentos bailando en la Academia con Vicky, con Ruslana, con los bailarines, me los llevo para siempre”, afirma. Solo lamenta que no tuviera ocasión para hacer acrobacias, disciplina que llevaba un año practicando. Ese perfil tan completo es el que han visto unos sagaces cazatalentos como Los Javis para ‘Mariliendre’, la primera serie musical de Atresplayer, para cuya grabación ha tenido que quitarse su característico bigotito. "Me crece rápido", advierte.

Otra de sus grandes virtudes es la naturalidad, que ha exhibido en su encierro. "Siempre me he mostrado tal como soy, en la Academia. Como habría sido en un campamento de verano. No he fingido nada”, asegura. Y eso se ha notado en su relación con Juanjo. “He vivido ese enamoramiento dentro como si hubiera sido fuera. Pero, claro, en un 'reality' grabado ha tenido un impacto colosal. Nos enorgullece haber sido referentes y ayuda para mucha gente”, cuenta. 

El "trabajazo" de Juanjo

“Ser uno mismo supera con creces el tener una voz impresionante. Y poder ser fiel a tus sentimientos, que no digo que sea algo fácil. Pero mis padres siempre me han apoyado para que los expresara. Siempre he sido muy emocional, con lo que en la Academia no iba a ser menos. Y he conseguido que Juanjo también se abriera. Juanjo ha hecho un trabajazo de abrirse capa a capa cada día. Y le quiero mogollón”, dice con brillo en los ojos.

Y es que los Urrutia le pidieron que no dejara de ser él. Algo que siempre le han inculcado y nunca ha dejado de hacer. Ni en la escuela, lugar difícil para ser diferente. “Igual en primaria, al relacionarme con un grupo solo de chicas, sí que oí comentarios, pero en el bachillerato artístico ya encontré a mi gente y no tuve problemas”, rememora.

Esa autenticidad la ha llevado a su primer ‘single’, ‘Rompeolas’, una canción muy sensorial inspirada en el mar. “Mi intención principal era crear una canción que pudiera hacerte evadir y transportarte a la playa. Crear un espacio de relajo, de tranquilidad”, explica. Su tono es melancólico y en ella habla de romper. “Es el inicio de  algo nuevo, de dejar atrás un mundo, porque cambia radicalmente. Todo eso con la metáfora de lo que es el mar para mí: las olas que rompen”.

Miedo a desvincularse

También habla del miedo a caer. Él, que vive un gran momento profesional y sentimental, solo teme una cosa. “Desvincularme demasiado de lo que tengo en casa, meterme demasiado de lleno en la vorágine y no saber bajar del tren”, confiesa. Por eso, aunque cada vez más Madrid será su casa, intentará siempre que pueda ir a Bilbao. “Mi familia es la que más me ha ayudado a día de hoy a saber que la humildad es lo más importante y que hay que vivir con los pies en el suelo", detalla. 

También es consciente del futuro que se está forjando con solo 18 años, cuando muchos de los chicos de su edad están enganchados a la Play (“yo también lo estuve con mis hermanos, ¿eh?", admite) o lo ven muy negro. “Hay que buscar algo que te mueva. Sea lo que sea. Animo a la gente a encontrar un 'hobby' o una pasión de la que tirar. Perseguir sea lo que sea, aunque creas que igual no va a tener salidas. Yo soy partidario de hacer lo que el corazón te pide, que es lo que te hace feliz”.