Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Sin ‘escalofriantes imágenes’, Franganillo lo tiene crudo

Monegal: Franganillo

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Ferran Monegal

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Expectación ante el debut del periodista Carlos Franganillo al frente del informativo de las 21 horas de Tele 5. Fijarse en la escenografía, en cómo está decorado el plató, qué colores predominan, si las pantallas de plasma son más grandes todavía, si el presentador arranca de pie (sí, arranca de pie, por ahora), o sentadito..., todo esto puede ser entretenido, pero es absolutamente inútil.

De un informativo lo importante es lo que en él se dice, y cómo se dice. Dónde acentúan. La manera de mirar. Qué enfocan y qué tapan. Qué relato construyen. Franganillo viene de la escuela del ‘Telediario’ de TVE. Antes de su debut en Telecinco declaró que su intención era «nada de verdades absolutas ni opinión programada» y solo «trabajo honesto y riguroso». Estimable declaración de principios. Rompe con la tradición de los últimos 20 años de los informativos ‘telecinque’. Durante el reinado de Paolo Vasile la orden era no molestar al Gobierno de turno –el que estuviera en el poder, el que fuese, daba lo mismo– y mucho impacto con sucesos y catástrofes para sobrecoger y enganchar al público. Eran los tiempos en que lo habitual eran las ‘escalofriantes imágenes’ que pudieran ocurrir en cualquier parte del mundo. Pongamos aquella estampa de un señor muy enfadado, con un cúter en la mano, vengándose de sus vecinos rayando vehículos en un párquing de Dakota del Sur. ¡Apocalíptico! 

Ahora Franganillo, en una televisión privada, tiene en frente al rey de los informativos, Vicente Vallés (A-3 TV). Vallés hace ‘informativo de autor’. Pone acento a la noticia, sobre todo política. La adjetiva. La aliña. Muchos miran a Vallés porque las perdigonadas de sal contra el Gobierno socialista y la ‘colla’ independentista les gusta y les excita. Muchos otros se ciscan en él, pero también le miran. Con este sistema, entre los que le aplauden y los que le detestan, consigue audiencias entre el 18%y el 20% de cuota de pantalla. 

En su debut, el lunes, Franganillo hizo un estimable 11,5%. Al día siguiente bajó al 10,4%. No es significativo. Es una carrera de fondo. En una tele privada, el volcado plano y rutinario de noticias, siempre tan soso, sin chispa, no parece buen camino. La imparcialidad o equidistancia en periodismo ya no existe. Ni creo que el público la busque. Le deseo ánimo y perseverancia. Habrá que buscar otra vía de impacto. Sin las ‘escalofriantes imágenes’ lo tiene crudo.

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