Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Pablo Motos promociona los huevos de Bertín Osborne

Bertín Osborne, en ‘El hormiguero’ (A-3 TV).

Bertín Osborne, en ‘El hormiguero’ (A-3 TV).

Ferran Monegal

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Emulando al emérito Juan Carlos I, el famoso Bertín Osborne lleva semanas, y hasta meses, concitando la atención televisiva por su bragueta. Muchos programas del llamado ‘corazón’ y cotilleo, de todas las cadenas, están hablando estos días de señoras que se sienten damnificadas de algún modo por las relaciones que tuvieron con este pollastre tan glorioso. Con algún hijo extramatrimonial de por medio.

Son descubrimientos consecuentes con su trayectoria. Bertín ya declaró en un ‘Deluxe’ (T-5) de finales de 2014 que hasta aquella fecha ya habían pasado por su cama más de 1.000 señoras. Y resaltó su potencia genital advirtiendo que no incurrió en ni un solo gatillazo, ni uno solo, en ninguna de aquellas mil gestas. Ahora, en 2023, la relación de Bertín con algunas damas sigue siendo tema. Incluso alguien ha colgado en la red, para refrescar la memoria y perfilar al personaje, la entrevista que le hicieron en TVE en septiembre de 1985 (‘De la mano de...’) en donde contaba que alguna vez se le había ido la mano y había pegado a una mujer. 

Ahora, a Bertín Osborne lo acaba de invitar Pablo Motos a ‘El hormiguero’ (A-3). No le ha hecho ni una pregunta sobre su actualidad, es decir, su controvertida relación con las señoras. Ha preferido Motos hacerle de agente publicitario directo. Primero, su nuevo disco de rancheras. Contó Bertín que para este trabajo ha escuchado «a los cantantes antiguos buenos: Vicente Fernández, Negrete, etcétera» para ‘clavarles’ los giros y modulaciones. Tiene mérito. Recuerdo que años atrás, en casa de unos amigos, había un loro que le enseñaron a hablar como don Manuel Fraga Iribarne, y lo clavaba el muy puñetero. Luego Motos anunció que Bertín, además de comercializar con su nombre picatostes, vino, cerveza, aceite, mermeladas, y salsas en variado repertorio, acaba de sacar también la Colonia Bertín, que huele a campo y a silencio. Y pasó a rociar su plató con esa fragancia tan campestre. Y al final, le pidió Motos encarecidamente que sacase también a la venta ‘¡Los huevos Bertín Osborne!’. ¡Ah! Dijo Bertín que ya estaba en ello, que tenían el tamaño de los huevos de avestruz y que no caducaban nunca.

En vista de que los huevos de Bertín, tras el impulso de Motos, están al caer, yo les deseo a ustedes unas Navidades felices, pero prudentes. Pongan la tele lo justo solamente. Vayan con cuidado. Hay tremendos huevos sueltos.

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