Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Nada tiene que ver la lucha contra el cáncer con el estriptís

La crítica de Monegal: Navidades T-5 con famosos desnudos

La crítica de Monegal: Navidades T-5 con famosos desnudos

Ferran Monegal

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Para estas fechas navideñas, tan entrañables, Telecinco se ha inventado un programa de cuatro capítulos titulado ‘Desnudos por la vida’. Nos decía el presentador, Jesús Vázquez, que seis mujeres y seis hombres, todos famosos, iban a hacernos «un desnudo integral» para sensibilizarnos en la lucha contra el cáncer. Me pregunto qué tiene que ver el cáncer con el estriptís.

Eso es como si en esta exitosa ‘Marató’ que acaba de emitir TV3, dedicada a la salud sexual y reproductiva, hubieran hecho salir a Xavi Coral, Toni Cruanyes y Ramon Pellicer con su herramienta sexual en ristre, haciendo cabriolas y coreografías completamente desnudos. Estoy seguro de que las criaturas captadas por Telecinco han aceptado desnudarse convencidas de que lo hacían por un buen fin. Me ha gustado Pablo Carbonell, enseñando su cuerpo taladrado por la vida, con esa cicatriz que esconde la barra metálica que le tuvieron que insertar a todo lo largo de su columna. Tiene mérito, y mucha generosidad, su desnudo. «Me gusta mi cuerpo porque no tengo otro», decía con ejemplar estoicismo. También me ha gustado la actriz y modelo Marisa Jara, mostrando el recorrido de su cicatriz, del esternón al abdomen. O el humor de Anabel Pantoja, posando y exclamando: «¡Esta soy yo y este es mi 'pantoculo'!». No busquen aquí, en esta columna, ni un reproche hacia estas criaturas.

Otra cosa es lo que buscaba la cadena, siempre tan tramposa en todo lo que realiza. Telecinco sabe que el producto que fabrica no se caracteriza por programas de carácter solidario o ejercicios de concienciación para un buen fin. Por eso ‘calentaron’ la apoteosis final femenina con sesiones previas de ‘fotos artísticas’, es decir, las señoras fotografiadas en desnudo integral, como en aquellas lejanas y sugestivas páginas del ‘Interviú’.

Es muy significativo el análisis de la audiencia de estos cuatro programas. Los dos primeros, dedicados al desnudo masculino, la cuota de pantalla fue en declive. Perdieron 3,1 puntos y 190.000 espectadores. Los dos segundos, dedicados al desnudo femenino, recuperaron toda la cuota de pantalla perdida y sumaron además 209.000 espectadores añadidos. Nada tengo que objetar a los desnudos. Así llegamos todos a este mundo. Lo ruin es llamarle ‘prevención oncológica’ a lo que solo es un ‘show’ típico del estriptís.

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