Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Puesto de guardia satírica en el camino hacia Ítaca

TV3 Zona Franca 4 MOnegal

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Ferran Monegal

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El primer saludo de Joel Díaz al frente de ‘Zona Franca’ (TV-3) ha sido: «Puta nit i bona Espanya... ¿era al revés, no?». Interesante comienzo. Una entrada marcando territorio. Permanece en muchas estrellitas de TV-3, todavía, esa necesidad de que quede clara su pertenencia a la causa. Es como un seguro de vida. Un salvoconducto.

Les permite ir progresando en el tinglado mediático establecido. Y al mismo tiempo es un aviso a la parte de audiencia que les interesa atraer. Una especie de ‘som de confiança!’, y que toda la ‘colla’ se vaya pasando el aviso. Lo bueno, y a la vez gratamente sorprendente de este ‘late show’, es la heterodoxia que por ahora les permiten. Un ingenio innegable y sumamente impertinente –incluso sobre su propia esencia indepe’– ha desbordado esta primera entrega de manera extraordinariamente punzante y lúcida. Los castañazos que ha propinado Joel Diaz han sido de un admirable eclecticismo. Ha sabido repartir la leña bien repartida. A Lluís Llach le ha asimilado a una especie de mutante de las ideologías que a medida que se ha ido enriqueciendo ha acabado afincado en una derecha libertaria comodísima. A Xavier Sala i Martin le ha llamado Xavier Rata i Martín, «la rata de las americanas de colores"

A Pere Aragonès: «Inofensivo y blando». Muy explícito también ha sido cuando, sentado en la taza del váter, se ha limpiado el culo con el 'Llibre d’Estil de TV-3'. Y sobre todo a mi canario flauta Papitu le ha gustado enormemente la confesión íntima de Joel cuando dijo: «Este programa es un paso más en mi carrera de funcionario». Una nítida perdigonada a ese especie de colosal funcionariado en que se ha convertido ’la seva’. Se ha acompañado también Joel del sarcástico analista Manel Vidal, mordedor fino y caústico a la vez, de una inteligencia abrasiva, que del Govern de la Generalitat dijo: «Ni con Junts, ni sin Junts, ha sido nunca independentista». Y a Joan Laporta le ha mandado este ‘souvenir’: «Se ha vendido tantas cosas del club, que si Abidal siguiera en el Barça volveria a no tener hígado».

Con este programa TV-3 ha abierto la puerta a la contestación iconoclasta dentro del mundo independentista. Hay talento. Insolencia. No son apóstatas. Son una especie de guardia satírica en el trayecto hacia Ítaca. Disfrutan fustigando, desde dentro, con humor, a otros fieles tibios que entorpecen el camino.

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