Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: El odio, el regreso de Ana Rosa y el semen de Ortega

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Monegal / TELEVISION MONEGAL

Ferran Monegal

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En el poema 73 de ‘Las flores del mal’, y bajo el titulo ‘El tonel del odio’, Charles Baudelaire escribe: «El odio es un borracho en el fondo de una taberna». Esta semana la tele nos ha enseñado que hay mucho borracho suelto por ahí.

Por ejemplo los insultos a Pedro Sánchez durante el 12 de octubre. Decía Xabier Fortes mientras retransmitía el acto para TVE: «Estos abucheos son los habituales». Y Miguel Ángel Revilla, en ‘El hormiguero’, advertía: «Insultan solo cuando gobierna el PSOE». ¡Ah! Todo ciudadano tiene derecho a explicitar su discrepancia. Y gritarla en voz alta. Es su libertad. Una libertad que acaba cuando comienza el insulto. «Hijo de puta», por ejemplo, no es una discrepancia. Es la destilación del odio, o sea, el insulto del borracho al fondo de la taberna.

Ana Rosa Quintana ha regresado esta semana a Tele 5 –tras un duro y largo tratamiento contra el cáncer– y también ha sido recibida con el rencor de algún grito. En su primer programa se maravilló de que, en plena crisis, el Gobierno gaste más que nunca, rematando: «Ese es el milagro de la multiplicación de los votos y los peces». O sea, un dardo con ironía. Yo no estoy de acuerdo con Ana Rosa en esta pincelada suya. En tiempo de crisis es precisamente cuando el Gobierno debe ‘gastar’ más en servicios, en investigación y sanidad, por supuesto, y sobre todo ayudando a los más desprotegidos. Es decir, discrepo. Pero no se me ocurriría escribir mi discrepancia en los términos que han escrito algunos llamándola «Perversa, infame y despreciable». Repito, eso no son discrepancias, son insultos. 

De este retorno de Ana Rosa yo me quedo con la entrevista que le hizo a Ortega Cano. En particular cuando el ex-matador le lanzó a su todavía esposa Ana María Aldón este ardiente ‘souvenir’: «Mi semen es de fuerza, ¡vamos a por la niña!». ¡Ah! La invocación al semen como demostración de poderío tiene aristas clásicas que Ortega debería estudiar. La mitología griega cuenta que el dios Hefesto se pirraba por la diosa Atenea y un día tuvo un calentón y la quiso penetrar. Pero le falló la puntería y se le desparramó el semen por el suelo. Mala pata, sí. No obstante aquellos espermatozoides, mezclados con la arcilla, consiguieron dar fruto, y nació Erictonio, que quiere decir precisamente ‘nacido de la tierra’. ¡Ah! Tome nota el ex-torero. Si el semen es potente triunfará, aunque le falle la puntería.

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