La crítica de Monegal: De la masacre de Bucha a Leningrado y Gernika

Algunos analistas de audiencias televisivas señalan que –en el caso de las cadenas de los dos grandes imperios privados– los programas que abordan la guerra de Ucrania ‘funcionan’ mejor en La Sexta y en Cuatro, y no tanto en A-3TV o en Tele 5. Es hasta un punto repugnante que yo esté escribiendo ‘funcionar bien’ o ‘funcionar mal’ cuando nos referimos a muertos, a masacre de civiles, niños, mujeres, ancianos, crímenes de lesa humanidad, genocidio.

Pero los análisis de audiencia siguen un mismo método, y una misma terminología, ya sea para medir un ‘reality show’, un partido de fútbol o un paisaje de cadáveres en las calles de localidad ucraniana de Bucha. El método analítico de audiencia no distingue la textura de lo que analiza: se trata exclusivamente de medir el consumo. Lo cual lleva a pensar que si la guerra de Ucrania se prolonga, no tardará en quedar reflejada como ‘interés residual’ en los audímetros. Será un terrible retrato de nosotros mismos, tan volubles. 

No conocemos todavía la audiencia que habrá conseguido Zelenski en su alocución en el Congreso. Lo acabo de seguir por TVE-1, La Sexta, Cuatro y TV-3, que lo han emitido en directo. En ‘Más vale tarde’ han destacado el momento en que Zelenski nos ha advertido: «Estamos en abril de 2022, pero parece que estemos en abril de 1937 en Gernika». Tiene razón. La guerra de Putin nos lleva al más negro pasado. Precisamente el domingo Jordi Évole (‘Salvados’) entrevistó a Teresa Alonso, una de las niñas que mandaron a Rusia tras estallar la Guerra Civil. Contó que vio con sus propios ojos el bombardeo de Gernika. Entonces su familia decidió mandarla a la URSS. Y allí vivió el ‘sitio de Leningrado’ en toda su crudeza y horror. Hambre, frío –a 20 y 30 bajo cero– sin agua, sin luz... Había tantos cadáveres que no se podían ni enterrar. Y las pocas veces, en tres años, que le dieron una hamburguesa «No pregunté nunca de dónde venía aquella carne. ¿Me comprendes?».

Teresa Alonso fue una de las protagonistas de la docuserie ‘Project niños’ que realizaron Jordi Ferrerons y Oriol Bosch para DMAX (octubre 2020). Se indagan allí los interrogatorios en Madrid, en los años 50, que practicaron agentes de la CIA a aquellos niños cuando regresaron de Rusia y ya eran adultos. Querían saber si les habían transformado en espías. Este ‘Project niños’ fue una sobresaliente investigación televisiva. Los audímetros reflejaron que tuvo una audiencia modestísima.

Suscríbete para seguir leyendo