Si Rocío Jurado levantase la cabeza...

Ahora que se han cumplido 14 años de la muerte de la gran Rocío Jurado, en el Deluxe de Tele 5 han contratado a su hermano Amador Mohedano para que nos deleite hurgando en las miserias de esta familia. El foco de atención lo centraron en Rocío Carrasco, anteriormente llamada Rociíto, la hija que pasa por ser huraña y arisca. Decía Amador, su tío: «Era una niña simpatiquísima, buenísima. Lo compartía todo con sus primos. Hasta que dejó de serlo. Alguien con mucha ambición la ha abducido», y el nombre de «¡Fidel Albiac!» resonó enseguida en el plató, señalado como el gran abductor de Rociíto.  Los primeros tres cuartos de hora fueron por ahí. Consideraban que no solo era una mujer insociable con la familia, sino que además la acusaron de mala madre, de no haber atendido bien a sus hijos, y que ahora que ya son mayorcitos ni siquiera se habla con su hija. Les ahorro los detalles, calificaciones y adjetivos.  Pero después de este espeso y maloliente zafarrancho, pasaron al asunto de la herencia que dejó Rocío Jurado para repartir entre la familia.

¡Ah! Yo creo que este es el punto. El asunto. El reparto de la pasta, en suma. Procedió Amador a una detallada disección del día que se personaron ante el notario para proceder a la apertura del testamento de Rocío. O sea, cuando fueron a comprobar aquello de ¿qué hay de lo mío? Al parecer la sesión fue terrorífica. Una albacea que dijeron que actuaba de parte de Rociíto. «¡Pretendía que nos bajásemos los pantalones!», advertía Amador con un dolor rencoroso y profundo. Y acabó asegurando que su sobrina le debe «72.000 euros por un lado, por la nave industrial, y el 20% de los 150.000 euros que cobró por la película».

Hombre, el tema es feo y cutre a más no poder. Las puñaladas por herencias normalmente se clavan en privado. En familia. Que Amador Mohedano salga con un ventilador esparciendo caquita sobre su propia family parece que le transforma en ruin. Discrepo. En el fondo es otra víctima del propio mercado que desde hace años monta y gestiona Tele 5.  Nadie vendería  sus miserias si no hubiera antes un tasador y comprador que le pone precio al engrudo. Y el programa iba poniendo grandes fotos de la difunta Rocío Jurado, mientras procedían a la autopsia y desmembramiento de la familia. Yo no sé qué haría Rocío si levantase la cabeza. Pero me lo imagino.

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