decisión de la uer

Eurovisión 2020, cancelado por el coronavirus

El escenario y el logo de Eurovisión 2020

El escenario y el logo de Eurovisión 2020 / EUROVISION.TV

Carles Savalls

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El festival de Eurovisión no se celebrará este año en Rotterdam (Holanda) debido al brote mundial de coronavirus, han anunciado hoy los organizadores, la UER (Unión Europea de Radiodifusión) ha expresado en un comunicado, El representante de RTVE, Blas Cantó, ha aceptado la invitación de la corporación de presentarse en la edición del 2021, aunque aún se desconoce si lo haría con la misma canción, Universo.

"Es imposible continuar con el evento en vivo según lo planeado", señalan desla UER, apuntando que la incertidumbre creada por la expansión del COVID-19 y las restricciones tomadas por numerosos gobiernos de los países participantes han obligado a tomar esta drástica decisión.

Por su parte el cantante, que ha declarado tras conocer la suspensión del certamen; "Es lo correcto, la salud es lo primero. Hacerlo sin público era una locura, porque Eurovisión son los fans”, ha agradecido en Instagram el apoyo que está recibiendo:

Entre las personas que han querido apoyar a Cantó está Melanie García, la pequeña representante de RTVE en Eurojúnior 2019, que le decía en Twitter:

Los representantes de Ucrania también celebraban en Twitter que participarán en la edición del 2021,

La representante de Bulgaria, no lo tenía tan claro, por lo que pedía en Twitter que sean los cantantes del 2020 quienes participen en la edición del 2021.

La idea que planeaba era que el festival se celebrara tal como estaba previsto, pero a puerta cerrada. O, tal vez, con cada uno en su casa y con las actuaciones pregrabadas. Quizá, posponerlo hasta junio. O hasta otoño, con el compromiso de que el del 2021 lo organizara Alemania ganara quien ganara, porque a esas alturas ya no habría tiempo de elegir sede, dado que los pabellones multiuso que acogen el Festival van a tope y comienzan a reservar fechas con muchos más meses de antelación.

De vuelta a Holanda

Sin embargo, el supervisor ejecutivo de Eurovisión, Jon Ola Sand, ha señalado hoy que la UER, junto a las autoridades de la ciudad de Rotterdam y los canales de televisión que iban a responsabilizarse de la transmisión (NPO, NOS y AVROTROS), seguirán en conversaciones para intentar que la localidad neerlandesa acoja la edición del 2021.

"Estamos todos desolados por el hecho de que no se pueda celebrar el próximo mes de mayo, pero esperamos que toda la comunidad formada en torno a Eurovisión en todo el mundo siga apoyándose y queriéndose en estos momentos difíciles", señala el comunicado.

Los organizadores han subrayado que en las últimas semanas analizaron posibles alternativas para lograr que Eurovisión pudiera seguir adelante, pero finalmente se optó por la "difícil decisión" de cancelar la edición de este año.

"La salud de los artistas, trabajadores, aficionados y visitantes, así como la situación en Países Bajos, Europa y el mundo, son la clave de esta decisión", señalaron.

Opciones para salvarlo

El Grupo de Referencia del Festival, órgano directivo del certamen, llevaba reunido desde ayer por la mañana para decidir sobre el futuro de la edición de este año, programada para los días 12, 14 y 16 de mayo en Rotterdam (Países Bajos). Basándose en supuestas filtraciones de Eurovisión, los medios especializados en el Festival no cesaban de plantear las diferentes opciones que teóricamente estaban barajando los organizadores del certamen para salvarlo. Aunque la fuente oficial, es decir, Eurovisión, no se ha pronunciado hasta hoy.

En su último comunicado, ayer a primera hora de la tarde, se limitaron a decir que, "con una situación constantemente cambiante, en cuanto al coronavirus, y un gran número de personas con quien consultar, cada elemento importante necesita ser tomado en consideración. Resistid junto a nosotros. Esperamos tener más información en breve". Desde entonces, silencio, hasta esta misma mañana en que han anunciado la cancelación.

64 años de historia

Será la primera vez en 64 años que el Festival no se celebrará; ha sobrevivido a la guerra de los Balcanes, a la Guerra del Golfo Pérsico, la Revolución Naranja y el conflicto de Crimea en Ucrania y hasta al intercambio de bombardeos entre el Ejército de Israel y los territorios palestinos el año pasado, a pocos días del Festival en Tel Aviv.

Pero no se trata únicamente de interrumpir la cadena por una cuestión de tradiciones; Eurovisión también es un negocio. La edición de este año en Rotterdam cuenta con un presupuesto de 26,25 millones de euros y las indemnizaciones por inclumplimiento de contratos pueden ser astronómicas.

De entrada, con los patrocinadores del evento; este año, una empresa de cosméticos y dos compañías de telecomunicaciones. No hay que desestimar tampoco los compromisos de los artistas de los 41 países participantes, en muchos casos con casas discográficas a sus espaldas y giras de conciertos a la vuelta de la esquina aprovechando el tirón publicitario del Festival.

Los problemas de otras fechas

El quebradero de cabeza se complicaba a la hora de encontrar fechas alternativas si finalmente se hubiera decidido un aplazamiento: el Ahoy Arena de Róterdam ya no tiene huecos para encajar el Festival más allá de mayo; sólo algunos días sueltos.

El montaje del escenario y la adecuación del recinto para las retransmisiones televisivas dura casi tres semanas y los ensayos de todos los participantes, 10 días más, para llegar a la última semana, en la que se celebran las dos semifinales y la gran final del sábado. En total, Eurovisión necesitaba el pabellón más de un mes para organizar el Festival.

Si se hubiera insistido en la posibilidad de que el certamen se hubiera mantenido en Rotterdam este año, los propietarios del Ahoy Arena deberían haber cancelado eventos y, obviamente, pagar indemnizaciones por incumplimiento de contratos. El período más largo sin compromisos lo tenía entre el 19 de julio y el 10 de agosto; tan sólo tres semanas. Después, 18 días entre finales de agosto y principios de septiembre.