El arzobispo se flagela

Uno de los personajes más atractivos, por enfermizo y retorcido, de la teleserieToledo(A-3 TV) es el llamado arzobispo Oliva. Lo interpreta el actorRubén Ochandiano.Este purpurado es una criatura turbia y siniestra, lo cual permite a los guionistas depositar sobre él todo tipo de estrategias malvadas. Lleva un par de semanas, por ejemplo, impulsando a la hermosísima doncellaDianaa que seduzca y se acueste con el reyAlfonso X;y la muchacha, que es obediente y temerosa del inmenso poder obispal, hace su trabajo de forma impecable y el rey va fornicando con ella, día si y día también, y luego, reconcomido por sentirse pecador, acaba siempre confesándose. Confesándose con el arzobispo, claro. ¡Ahh!, de esta forma se cierra el círculo de la perversión de manera impecable: el propio impulsor del pecado es quien da la absolución, y cada vez le dice al rey: «No se preocupe, Majestad, que usted también es humano. Lo importante es que, cada vez que caiga en la tentación, venga a contármelo».O sea, vaya usted pecando, mi Señor, que luego yo ya me encargo de absolverle de manera sistemática. ¡Fantástico! Esta semana ha habido una novedad resaltable. De tanto relacionarse con la sensualDiana, el arzobispo acaba más caliente que un mono del parque. Y, finalmente, le hemos visto arrodillado, ensangrentado, azotándose bárbaramente con un látigo, para enfriar el ardor braguetero que le invade. ¡Ah! Esta ficción toledana de rigor histórico tiene poco. Tampoco lo pretende. Pero consigue retratos humanos perfectamente creíbles. Quizá hasta reales.

UN EXETARRA .- No pase un día más sin felicitar aEduard SanjuányMireia Pigraupor su30 minuts(TV-3) tituladoEl perdó. Creo que es la primera vez que la tele nos ofrece una entrevista directa con un etarra (en la actualidad exetarra) con delitos de sangre. Ha sido un documento importante, fundamental y oportuno en este momento, en este paisaje, de disolución de la banda. El testimonio del exetarraIñaki Rekarte,20 años en prisión y hoy arrepentido, ha tenido momentos de gran crudeza. Cuando contó cómo se jugaban a cara o cruz quién disparaba, quién materializaba el asesinato, se nos encogió el alma. Se enmarca este30 minuts dentro de esta valerosa iniciativa que se está impulsando en Euskadi: reunir a los familiares de las víctimas con sus verdugos. Se intenta una catarsis.