'¡Cagoemtot, ara no me'n recordo!'

Seleccionamos aLlàtzerporque necesitábamos un abuelo para un papel deTres i l'astròleg, en TV-3. Nos gustaron tanto sus intervenciones que, de acuerdo con los guionistas, decidí crear un personaje fijo en Filiprim. Fue todo un hallazgo. Solo abrir la boca, todo el mundo estaba pendiente de él y las risas estaban aseguradas. Se ganó la simpatía y, posiblemente, el afecto de los espectadores, especialmente de los niños. Su trabajo y su personaje forman parte de la historia de TV-3, fue el iaiodeFiliprimy el de TV-3.

La noticia de su muerte me entristece, pero también siento la alegría de que alguien como él, que pasó la mayor parte de su vida en penuria, pudiera ver transcurrir sus más de 30 últimos años, su vejez, con la satisfacción de verse recompensado con una vida que nunca hubo imaginado.

Fue un actor intuitivo; en realidad, no sé si fue un actor; era él, su forma de ser, de expresarse, su simpatía, su risa pegadiza... Su naturalidad incluso en los errores de un directo resultaba divertida. En una ocasión, entró en el plató, debía mantener un diálogo conmigo, se me plantó delante y me dijo:'¡Cagoemtot, ara no me'n recordo!'Y nos partimos de risa.