"Las atrocidades en la escuela deben acabar": arranca el juicio por agresión sexual en grupo a un niño con asperger

"Estamos aquí porque Sergi quiere que le crean, por todos los niños con asperger que sufren bullying y porque las atrocidades en la escuela deben acabar", ha dicho este martes, a las puertas de la Ciutat de la Justícia, Pîlar Joan, madre de un niño con asperger que en 2018, cuando tenía 13 años, denunció haber sido acosado y agredido sexualmente en el patio del colegio Verge del Roser de Vallirana por unos compañeros un año mayores que él. El juicio, en el que cuatro adolescentes se sientan en el banquillo, ha arrancado esta mañana en el Juzgado 6 de Menores de Barcelona a puerta cerrada para preservar la identidad de las partes. Los acusados han negado los hechos que se les imputan.

La fiscalía pide inicialmente para los jóvenes, que ya son mayores de edad, tres años de internamiento en un centro de menores por un delito de integridad moral y dos de agresión sexual. La acusación particular eleva la petición a cuatro años por incluir un presunto delito de violación.

Declarados inocentes

En la primera de las tres sesiones del juicio, los acusados, que en 2018 tenían entre 14 y 15 años, se han declarado inocentes a las preguntas de fiscalía y de sus defensas, y solo uno de ellos ha contestado al abogado de la acusación. Los cuatro han negado los hechos, han acusado a la presunta víctima de mentir y han asegurado que ellos apenas se conocen entre sí y que tampoco frecuentaban el rincón del patio llamado "la pradera" en el que presuntamente ocurrieron las agresiones.

El denunciante no ha tenido que testificar porque ya declaró previamente -acompañado de un equipo de psicólogos- para no tener que comparecer en el juicio: "No lo hace para no estar solo ante extraños. Al padecer asperger tiene déficit de comunicación y dificultad para relacionarse con las personas. Su declaración con los psicólogos se ha grabado para emitirla durante el juicio", ha explicado el abogado de la acusación, Juan Manuel Ruiz de Erenchun.

Los padres de la presunta víctima -que han declarado también y han estado arropados por adultos y familiares de niños con trastorno del espectro autista- también han cargado contra el Departament d'Educació por, según ellos, haberse desentendido del caso y, sobre todo, lo han hecho contra el colegio, al que acusan de no haber seguido los protocolos 'antibullying', extremo que el centro desmiente, y de haber intentado ocultar los hechos. La familia, que reclama 85.000 euros de indemnización a la escuela, ha intentado hacerles responsables penales, pero la Fiscalía de Menores no lo ha aceptado. El centro finalmente sí aparece en el caso como responsable civil y declarará como testigo este miércoles.

Sergi, según su madre, sufre actualmente, cuatro años después de la denuncia, estrés postraumático y una fuerte depresión. "No puede hablar ni salir solo a la calle", ha afirmado la mujer, que también habla de cuatro intentos de suicidio. "A mi hijo lo han herido de la peor manera", ha asegurado Pilar Joan, quien ha reclamado protocolos eficaces en las escuelas y ha defendido la llamada 'ley Kira', la iniciativa puesta en marcha por los padres de la niña que se suicidó el año pasado tras, según la familia, sufrir 'bullying' y que reclama "consecuencias penales por la inacción de los centros y también para los padres de los agresores que no colaboren para atajar situaciones de violencia".

Testimonio

Según la acusación, Sergi estuvo "sufriendo acoso y recibiendo insultos durante un tiempo indeterminado durante 2018" por parte de varios alumnos de la escuela un año mayores (los acusados son cuatro, aunque la familia ha implicado a tres más). El 'bullying', según el relato de los padres, empezó con insultos y con coacciones para que Sergi robara objetos de su casa. "Se lo llevaban a un rincón del patio, al que llamaban 'la pradera', y le hacían fumar porros, le amenazaban y le insultaban: 'pelo de fregona', 'frankenstein', 'jorobado de Notre-Dame'...", relató días atrás la madre en este diario.

La acusación mantiene que los hechos "fueron a más" el 30 de octubre de aquel 2018, cuando según la familia hubo el primer intento de agresión sexual. "Aquel día Sergi salió del cole con los ojos llorosos, se picaba las zonas íntimas y decía 'qué asco'". Fue lo único que verbalizó en aquel momento. Los padres volvieron a contactar con el colegio para esclarecer los hechos, según ellos sin éxito. El 5 y 6 de noviembre, siempre según el relato de la madre, el niño sufrió varias agresiones sexuales en el mismo lugar del patio escolar. El menor contó los hechos en casa el 15 de diciembre, por lo que la única prueba pericial es su testimonio, al que el personal forense adscrito al juzgado ha dado validez. Dos días después, la familia interponía una denuncia ante la comisaría de los Mossos d'Esquadra en Sant Feliu de Llobregat.