'Bullying' escolar

A juicio por agresiones sexuales en grupo a un menor con Asperger: "La escuela lo quiso esconder"

La madre de la víctima, Sergi, denuncia que su hijo sufrió tocamientos, felaciones y penetraciones por parte de alumnos del colegio Verge del Roser en Vallirana

"Mi hijo ya no puede salir de casa y ha intentado suicidarse hasta en cuatro ocasiones", cuenta Pilar Joan

Abuso a menores

Abuso a menores / FERRAN NADEU

Elisenda Colell

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La fiscalía de menores de Barcelona pide entre dos y tres años privados de libertad para cuatro adolescentes acusados de agredir sexualmente, en otoño de 2018, a Sergi, un chaval de entonces 13 años diagnosticado con el síndrome de Asperger. La familia eleva su petición a cuatro años de encierro en un centro de justicia juvenil, y denuncia que hay otros siete menores que participaron en este hecho que quedarán impunes. El juicio tendrá lugar el martes, miércoles y jueves de esta próxima semana.

La familia también acusa a la escuela donde ocurrió la presunta violación, el colegio Verge del Roser de Vallirana (Baix Llobregat), por corresponsabilidad en los hechos. "Ha sido horroroso", denuncia la madre, Pilar Joan, que tacha a la Conselleria d'Educació de ser "negligente" frente al 'bullying' en las aulas. El menor, que aún sigue en tratamiento psicológico, es incapaz de salir de casa y, tal como denuncia la madre, ha intentado suicidarse hasta en cuatro ocasiones.

"Sergi era un niño con Asperger normal: iba a la escuela solo, sacaba buenas notas y, aunque le costaba mucho interactuar con los demás, era feliz", cuenta su madre. Todo ello terminó en mayo de 2018, cuando el menor terminaba 1º de la ESO en la escuela Verge del Roser. "Una niña de su clase supo que Sergi tenía Asperger: desde aquel momento, ella, y luego más niños, empezaron a insultarle. Le pusieron el mote de 'retrasado autista' y empezaron a desaparecer objetos de casa: el aparato para ver el fútbol, ropa, dinero...", explica Pilar Joan. La familia relata que habló con la escuela para que activaran el protocolo antibullying. "Pero no hicieron nada, decían que sí pero no era verdad. Nos mentían y decían que mi hijo mentía", añade Joan. El calvario siguió en septiembre, ya en 2º de la ESO.

Denuncia

"Se lo llevaban a un rincón del patio, que le llaman 'la pradera' y le hacían fumar porros, le amenazaban y le insultaban: 'pelo de fregona', 'frankenstein', 'jorobado de Notre-Dame'...", relata la madre. El 30 de octubre de aquel 2018 ocurrió el primer intento de agresión sexual. "Aquel día Sergi salió del cole con los ojos llorosos, se picaba las zonas íntimas y decía 'qué asco'". Fue lo único que verbalizó en aquel momento.

La familia volvió a hablar con la dirección del centro para esclarecer lo ocurrido. "Trataban de taparlo, nos mentían...", afirma Joan, indignada. Pero los hechos fueron a más. El 5 y 6 de noviembre, siempre según el relato de la madre, el niño sufrió varias agresiones sexuales, en el mismo lugar del patio escolar. "Le hicieron de todo: felaciones, masturbaciones e intentaron penetrarle con un bote de vaselina por el ano. Fue fortísimo", subraya. El niños le contó los hechos a la madre el 15 de diciembre. Dos días después la familia interponía una denuncia ante la comisaría de los Mossos d'Esquadra en Sant Feliu de Llobregat.

"La escuela no ha dado la cara"

"La escuela nunca ha dado la cara, nunca nos ha apoyado. Trataron de esconderlo y acusar a mi hijo de mentiroso. Tampoco el Departament d'Educació dio la cara ni hizo nada", denuncia la madre, a quien tampoco le ha gustado cómo se ha llevado la investigación policial. "Recogieron los teléfonos de los menores cuatro semanas más tarde, cuando ya todo el mundo conocía los hechos denunciados, y solo han acabado acusando a cuatro de ellos. Hay siete chavales más que también participaron de lo ocurrido o estaban presentes burlándose de él... y a estos no les pasará nada. Mi hijo dio sus nombres", lamenta Joan.

La familia asegura haber pasado un auténtico infierno estos últimos cuatro años. "Sergi ha pasado una depresión terrible, no quería vivir. No podía salir de la cama, solo hemos salido de casa dos veces, tiene miedo a ir solo por la calle, se orinaba en la cama... trató de suicidarse cuatro veces", sigue la madre entre sollozos. El menor sigue con tratamiento psicológico y ha acabado la ESO porque ha tenido acceso a educación domiciliaria pilotada por el instituto público del pueblo.

Pero la madre ha querido romper el silencio y que el de su hijo sea un juicio mediático. "Nos cuesta mucho revivirlo, pero queremos que esto se sepa. Que Sergi no va a ser el primero ni será el último: el 'bullying' está aumentando, hay niños que terminan suicidándose o tocados de por vida. Los padres estamos hartos y esto se tiene que acabar", remacha.

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