Investigación en marcha

El asesinato a tiros de un hombre en Sant Martí fue un crimen planificado

La víctima tenía antecedentes policiales, también por tráfico de droga, y los Mossos extreman las precauciones con el recuerdo de la espiral de violencia de 2016

Asesinato dominicano barrio sant marti de barcelona

Asesinato dominicano barrio sant marti de barcelona / Guillem sánchez

Guillem Sánchez

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El asesinato a tiros de J.M.G., un hombre de 43 años y de nacionalidad dominicana, este domingo de madrugada fue una muerte planificada. Los sospechosos que se acercaron hasta la víctima y abrieron fuego –dispararon cuatro veces– habían venido a matarlo y se aseguraron de que lo lograrían. La forma de proceder de los asesinos sumada al hecho de que J.M.G. era una persona con diversos antecedentes policiales, también por tráfico de droga, han obligado a los Mossos d’Esquadra a extremar las precauciones, según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO. La principal hipótesis es que se trata de un ajuste de cuentas.

No ha quedado olvidado lo que sucedió en 2016, cuando dos bandas dominicanas se enzarzaron en una espiral de violencia sin precedentes en Catalunya. Todo comenzó con el robo de un cargamento de droga traído desde Amsterdam (Holanda). Uno de los dos grupos supo de la existencia de esta mercancía, en posesión del clan rival, y asaltó el domicilio en el que estaba escondida para llevársela. El sangriento enfrentamiento se alargó un año y se saldó con seis asesinatos

Los investigadores de la policía catalana han comenzado por asegurarse de que el asesinato de este fin de semana no tiene ningún vínculo con los hechos de 2016, algo que, de momento, no consta. 

Cuatro balas de madrugada

La víctima fue alcanzada por los disparos de un pistolero que no actuó solo a las tres de la madrugada del domingo. Disparó a matar. Después, se dio a la fuga. Pero no en moto, tal como ha trascendido, según las fuentes consultadas por este diario. J.M.G. murió en la acera a pesar de que se encontraba muy cerca de una CAP y de que fue atendido por una ambulancia del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM)

Este lunes por la mañana las manchas de sangre han sido eliminadas del todo por los equipos de limpieza municipales. Solo un trozo de cordón policial de plástico indicaba el lugar donde había ocurrido. A escasos metros, sobre la misma acera de la plaza de Eduard Torroja, decenas de padres han acompañado a sus hijos al primer día de escuela. Que la entrada del recinto educativo se haya convertido en una escena del crimen al inicio del curso no ha hecho ninguna gracia. La directora de la escuela Els Porxos, tratando de lidiar con la desafortunada coincidencia, ha declinado hacer declaraciones a este diario. 

Tampoco el resto del vecindario tiene muchas ganas de hablar. Dos policías jubilados han recordado que en la zona hay dos bares dominicanos. Y que la víctima, al parecer, salía de uno de los dos. "Mi madre escuchó los tiros y pensó: ‘encima tiran petardos'", apuntaba esta mañana una vecina que reside justo encima del lugar de los disparos, para tratar de explicar que las molestias por ruido a altas horas de la madrugada son frecuentes pero el uso de armas de fuego, no. "Sant Martí de Provençals es un barrio tranquilo", concluía. 

Si entre los habitantes locales no abundan las ganas de hablar del asesinato, entre la comunidad dominicana existe pavor. "Tengo el corazón en la garganta", se excusa un joven para no hablar con la prensa por miedo a represalias. 

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