Radiografía de la pobreza

La UB calcula que hay 3.000 chatarreros "informales" en Barcelona, que recogen 380 toneladas de metal cada día

Las chabolas de Montcada aumentan un 25% tras dos años de olvido

La vida en el barraquismo eterno de Montcada: "Antes veníamos los domingos a hacer barbacoas; ahora vivimos aquí"

Dos chatarreros en la calle Almogàvers de Barcelona.

Dos chatarreros en la calle Almogàvers de Barcelona. / Álvaro Monge

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un estudio de la Universidad de Barcelona indica que a más de 3.000 "recicladores informales o chatarreros" operan cada día en la ciudad, así como que recogen 380 toneladas diarias de metal (básicamente hierro, aluminio, cobre y acero) de calles y contenedores. El informe indica que este colectivo trabaja una media de sesenta horas por semana y gana menos de 500 euros al mes, es decir, un 40% del salario mínimo. La mitad vive en pisos compartidos y la otra mitad en la calle. La investigación también ha detectado que establecen relaciones "no conflictivas" con el vecindario y los trabajadores de la construcción, y subraya que, al mismo tiempo, "contribuyen de forma importante" al reciclaje de metales en la ciudad.

Según los datos del estudio, un chatarrero recoge unos 118 kilos de metal al día, hecho a partir del cual se extrapola que las 3.200 personas que participan en esta actividad en Barcelona reúnen unas 380 toneladas de metal diarias, más de 100.000 anuales .

Un 57% de los "recicladores informales" encuestados afirma tener contacto frecuente con los vecinos, y un 49% se relaciona a menudo con trabajadores de la construcción. En algunos casos, los chatarreros tienen contacto directo con vecinos que les avisan cuando quieren tirar metales u otros objetos.

Más del 30% de las casas encuestadas tienen interacciones positivas, que incluyen darles objetos (28%), hablar (12%), proporcionarles comida (8%) y buscar ayuda en la gestión de residuos (12%). Un 66% de los ciudadanos encuestados que dejan objetos junto a contenedores afirman que lo hacen con el entendimiento de que los recogerán los chatarreros.

Las motivaciones detrás de esta práctica están impulsadas principalmente por el deseo de evitar el desperdicio (70%), facilitar la reutilización (59%) y ayudar a los recicladores (39%). El 57% de lo que se deja es ropa, el 52% zapatos, el 32% libros y el 29% juguetes. También existen materiales reciclables como artículos de metal de cocina (39%) y muebles (55%).

Además, se dejan en la calle dispositivos electrónicos (35%), tanto para su reutilización como para su reciclaje. Los investigadores subrayan que este comportamiento muestra un sistema de soporte tácito con el que los hogares facilitan el trabajo de los chatarreros al proporcionarles materiales de valor.

Perfiles

La encuesta afirma que el 94% de los chatarreros son hombres de inmigración reciente, y que un 63% tiene menos de 40 años. El 75% proviene de África, principalmente de Senegal. El 17% son de Rumanía, el 3% de América Latina y un porcentaje similar de Asia. El 78% carece de número de identidad de extranjeros (NIE).

Los investigadores afirman que para la mayoría de personas que forman parte de este colectivo, recoger chatarra es una "estrategia de supervivencia" ante la imposibilidad de acceder al mercado laboral formal por la falta de papeles.

Por último concluyen que "la percepción pública de los recicladores informales en Barcelona es generalmente positiva". Un 75% de los hogares encuestados, por ejemplo, cree que contribuyen a la sostenibilidad, y está dispuesto a emprender acciones colaborativas para apoyarles. Como muestra, el 76% está a favor de llamar a una cooperativa de recicladores y un 68% piensa que el Ayuntamiento debería contratarlos.

Por todo ello, los investigadores concluyen que la gestión de los residuos es un esfuerzo "colaborativo" que implica a "diversos actores interdependientes, entre ellos los recicladores informales".