Copa América de vela

El batallón de voluntarios se sumerge en la Barceloneta: "No me esperaba ver peces como estos"

Barcelona Activa ha organizado formaciones para que los futuros voluntarios conozcan la biodiversidad de la zona y la realidad del barrio

Pocas algas y demasiados erizos: los desiertos submarinos avanzan en el Mediterráneo

Guillem Costa

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El proceso de inmersión en el barrio de la Barceloneta para algunos de los más de dos mil voluntarios de la Copa América ha culminado este sábado con una sesión instructiva de snorkel en la playa. Quienes participarán en el gran evento deportivo lo harán después de haber conocido a especies como el pez verde, la doncella, la moma nariguda y el erizo, entre otras.

"Se han sorprendido, porque muchos de ellos no se esperaban que en la misma Barcelona hubiese tanta biodiversidad", cuenta Andrea Comaposada, directora de la entidad ambiental Anèl·lides. Algunos salían tiritando del agua porque la temperatura no era del todo veraniega, pero con la satisfacción de haber comprobado que en el mar se podía observar lo aprendido en la sesión teórica.

"No me lo imaginaba para nada", admite Antonella Dimassa, una italiana que vive en Barcelona desde hace tiempo. "Yo vivo en la playa, estoy todo el día aquí, pero no era consciente de que se podían avistar estos animales submarinos", añade.

Tradición de barrio

El objetivo del proyecto es muy claro: los voluntarios de la Copa América deben entender mejor los entresijos del barrio de la Barceloneta para luego transmitirlo a los visitantes. Y la mejor forma de lograrlo, consideran desde Barcelona Activa, es con una inmersión, literal en el caso de esta actividad concreta. "Se trata de una formación vivencial, y no solo sobre biodiversidad. Otros días se han organizado paseos por el barrio con entidades locales para que se empapen de la tradición cultural y marítima de la zona", detalla María Ángeles González, de Barcelona Activa.

"Podrán ser prescriptores de la Barceloneta, con informaciones correctas, no solo durante la Copa América, sino también en sus entornos familiares y de amistad", sugiere González. A los restauradores de la zona, también se les han ofrecido cursos acelerados de inglés.

A Álex se le ocurrió apuntarse como voluntario para "sacarse la espinita" de los Juegos Olímpicos: "Durante la inauguración, estaba de vacaciones en Menorca y me lo perdí. Como me gustan el mar y las regatas, esta vez he decidió ser voluntario". Muchos de los contenidos de la sesión no eran nuevos para él, pero reconoce que nunca había buceado en la playa de Barcelona.

Priscila y Ricardo, dos vecinos del Eixample que también se sumaron a este ejército de voluntarios y que han pasado frío tras salir del agua, creen que es bueno realizar este tipo de actividades. "Es una oportunidad para ser inclusivos con el barrio, puesto que vendrá mucha gente", opina ella. Él, que considera que la acumulación de visitantes también tiene consecuencias negativas, asegura que es mejor que la gente que visite Barcelona descubra cómo es cada rincón de la ciudad.

Suciedad y microplásticos

La parte negativa del aprendizaje es la suciedad que se acumula en el agua. Comaposada explica que esta realidad también era necesario exponerla. "La biodiversidad en Barcelona es interesante, pero también es cierto que se ven muchos plásticos flotantes. Pretendíamos concienciar sobre este problema y sus consecuencias para los ecosistemas", expone.

Ramón Posada, de Esplugues de Llobregat, para quien la experiencia ha sido "muy divertida", pero también ha quedado decepcionado con la suciedad: "Deberíamos colaborar para que el agua estuviera más limpia. Pese a la masificación, todavía hay vida marina. Pero a la porquería se suman los microplásticos, que no los vemos, y hay que solucionarlo".

Todos los participantes coincidían en tener una sensación de formar parte de algo "grande" y "muy especial". Cuando a finales de verano la Barceloneta se llene de turistas y aficionados a las regatas, los voluntarios, además de poder contar cuatro pinceladas de la idiosincrasia del barrio, también serán capaces de enseñar cómo diferenciar una doncella de un pez verde y de concienciar sobre la necesidad de no contaminar el mar.

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