Iglesia católica

El papa Francisco declara la guerra a los vientres de alquiler: "Viola la dignidad del niño y la mujer"

La Santa Sede difunde un nuevo documento en el que condena la gestación subrogada como una de las grandes violaciones de la dignidad humana

 El Papa califica la maternidad subrogada de “deplorable” y pide su prohibición “universal”

El papa Francisco, en la basílica de San Pedro, durante la bendición 'Urbi et Orbi'

El papa Francisco, en la basílica de San Pedro, durante la bendición 'Urbi et Orbi' / TIZIANA FABI / AFP

Irene Savio

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El Vaticano, que con Francisco rara vez se echa últimamente atrás con temas espinosos o polémicos, añade una batalla más a su lista: la lucha contra los vientres de alquiler. Así ha quedado plasmado en un nuevo documento, difundido este lunes, por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, desde el año pasado a cargo del argentino Víctor Manuel 'Tucho' Fernández, uno de los cardenales más cercanos al Papa.

El documento considera “deplorable la práctica de la llamada maternidad subrogada, [ya que] ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño; y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre”, se lee en el texto, titulado 'Dignitas infinita' y con carácter de declaración. “Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato”, añade el texto, en el que por primera vez incluye de manera tan contundente la maternidad subrogada como una de las grandes violaciones, según la Iglesia, de la dignidad humana. 

Se trata de una “lista no exhaustiva" que ofrece, entre las violaciones de la dignidad humana, "la maternidad subrogada junto al aborto, la eutanasia y también las guerras, el drama de la pobreza y de los migrantes, y la trata de las personas”, ha explicado Andrea Tornielli, en el comentario difundido por el Vaticano junto con el nuevo documento.  

Rechazo firme

De hecho, el documento, aprobado por el Papa y que consta de 66 puntos, aborda diversas cuestiones que ratifican posturas ya conocidas de la Iglesia católica, como su oposición al aborto, la eutanasia y la pena de muerte, así como la violencia contra las mujeres, los abusos sexuales, la pobreza y las guerras. Pero también se citan nuevos debates que agitan hoy día las sociedades occidentales, como las teorías de género (que se rechazan), la transición sexual (que solo se admite en personas con anomalías genitales) y los vientres de alquiler.

Sobre este último punto, el rechazo es firme, según Tornielli. La razón: esta práctica conllevaría un doble daño. Por una parte, es una violación "ante todo, de la dignidad del niño" que "tiene derecho, en virtud de su dignidad inalienable, a tener un origen plenamente humano y no inducido artificialmente". Por otra parte, la mujer "se desvincula del hijo que creció en ella y se convierte en un mero medio al servicio del beneficio o del deseo arbitrario de otros", de acuerdo con la nueva declaración.

El documento se conoce después de que la semana pasada el papa Francisco recibiera en el Vaticano a Olivia Maurel, una mujer suizo-francesa de 32 años nacida por gestación subrogada, y a una delegación de la llamada Declaración de Casablanca, un grupo que está intentando que la prohibición de los vientres de alquiler sea universal y se incluya en el Derecho Internacional. Una cuestión sobre la que Francisco se ha declarado favorable en enero pasado

ONU y Parlamento Europeo

Tanto es así que la propia Maurel ya fue protagonista de un acto en la ONU sobre maternidad subrogada organizado por el Vaticano durante una reciente sesión de la Comisión sobre el estatus de la mujer celebrado en Nueva York. 

"La maternidad subrogada me ha traído enormes problemas, problemas de identidad, que me han llevado a abusos de alcohol y de drogas. Todo esto me ha llevado a emprender esta batalla contra esta práctica amoral", explicaba la semana pasada Maurel a EL PERIÓDICO. "El Papa es el primer jefe de Estado que nos recibe. El siguiente paso es que el Vaticano se convierta en el primer Estado en firmar la Declaración de Casablanca", ha añadido la joven, quien también se reunió en Roma con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin.

Ucrania

Esta nueva estrategia también se debe a que los opositores de la maternidad subrogada parecen ya decididos a pisar el acelerador. "La maternidad subrogada es un fenómeno que solo puede ser abordado de manera internacional, por eso hemos estado dos veces en la ONU e iremos al Parlamento Europeo […] donde se está trabajando para incluir la gestación subrogada como una forma de trata de seres humanos", explicaba, por su parte, el franco-chileno Bernardo García, coordinador de la Declaración de Casablanca. 

“El primer Estado que nos ha apoyado ha sido la Santa Sede”, añadía García, sobre este “mercado que es una amenaza clarísima sobre todo en países con mucha población femenina y joven". "Estamos actuando ahora también porque se han destapado muchos casos. Lo que pasó en Ucrania, que es el país de los vientres de alquiler, ha sido muy grave”, concluyó la abogada Sofía Mauri, parte del comité científico de la Declaración de Casablanca.