Crímenes machistas

Siete niños asesinados por sus padres en cuatro meses evidencian los fallos del sistema de protección

El Govern pide formar a los jueces civiles, que actúan en los divorcios, sobre la violencia de género sobre los niños

Un hombre mata a su mujer y a sus dos hijos menores en El Prat y luego se suicida

Los investigadores sospechan que el asesino de Bellcaire no remató a la madre para que sufriera el duelo por su hijo

Violencia Vicaria

Violencia Vicaria

Patricia Martín

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La muerte de dos gemelos de 8 años a manos de su padre en El Prat, ocurrido este martes, eleva a siete los niños asesinados en episodios de violencia machista en lo que va de año. En este último caso, además, el padre ha acabado también con la vida de la madre. Cinco de los siete menores han muerto en Catalunya.

Hace apenas unos días, el pequeño Ayax, con tan solo cinco años y asesinado por su padre en Bellcaire d’Empordà se convirtió en el quinto caso de violencia vicaria, aquella que se ejerce para infringir el máximo daño a una madre pero sin llegar a matarla, en lo que va de 2024. Matando a su hijo (o a sus hijos), se la condena a vivir muerta en vida. En el caso de El Prat, el agresor mató también a la madre, por lo que el caso se considera violencia de género y no vicaria.

Desgraciadamente, no se trata de crímenes aislados. Desde 2013 han fallecido 55 menores (sin contar los dos últimos) debido a la violencia de género o vicaria, pero la situación actual supera los registros anteriores porque ha habido siete asesinatos de niños en un corto periodo de tiempo, apenas cuatro meses. Se trata del peor arranque de año desde que hay estadísticas. En otros ejercicios hubo más fallecidos o los mismos (por ejemplo, en 2017 hubo ocho víctimas menores), pero fue a lo largo de todo el año, no solo en el primer cuatrimestre.

Antes que Ayax, el pasado 18 de marzo, fallecieron Elisa y Larisa (2 y 4 años) en Almería, después de que su padre aprovechara el régimen de visitas para envenenarlas. Y en enero, Xavier y Noa (de 10 y 7 años) fueron asesinados por su padre en Barcelona, que después se suicidó.

Igualdad trabaja con Interior y Justicia para ver cómo pueden reforzar las medidas de protección

La concatenación de asesinatos tan graves y en un corto periodo de tiempo ha hecho saltar las alarmas. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha indicado este jueves que la situación les "preocupa" y les "ocupa". Por ello, se está trabajando con otros ministerios, como los de Interior y Justicia, para "hacer un mejor diagnóstico" de que está sucediendo y ver "cómo reforzar las medidas de protección". Pero Redondo ha admitido que frenar la violencia machista es “muy complicado” debido a que el machismo es “estructural” y hay que trabajar en multitud de ámbitos.

Los pasos insuficientes

De entrada, los recientes asesinatos evidencian que los pasos que se han dado hasta ahora, como reconocer a los menores como víctimas de la violencia de género; que en el sistema Viogen de protección a las denunciantes se incluyan preguntas para valorar el riesgo en el que se encuentran los niños o la reforma legal que obliga a los jueces a suspender el régimen de visitas cuando el padre haya sido denunciado por violencia de género, son insuficientes.

El 44% de los asesinatos de violencia vicaria se producen durante el régimen de visitas 

De hecho, Catalunya, que es pionera en el reconocimiento legal de la violencia vicaria, ha solicitado al Gobierno central que extienda la formación en perspectiva de género a toda la judicatura, también en el ámbito civil, que es donde acuden muchas víctimas en busca de un divorcio pero sin revelar o denunciar el maltrato que sufren ellas o sus hijos.

Los expertos urgen a cerrar la grieta del régimen de visitas que en ocasiones perpetúa la situación de peligro para los niños 

Además, la reforma legal sobre el régimen de visitas dejó un resquicio: la posibilidad de que los jueces mantengan la comunicación con el padre bajo el "interés superior del menor", por lo que en ocasiones se perpetúa la situación de peligro. "Los juzgados están acostumbrados a distinguir la violencia sobre la mujer de la que sufren sus hijos, y si no hay pruebas de la segunda, su visión biologicista tiende a hacerles pensar que lo mejor es que mantengan la relación con el padre. Pero un maltratador nunca es un buen padre”, reflexiona Marisa Fernández, jurista del colectivo Novembre Feminista.

En su opinión, hay que cerrar esta grieta porque según un estudio realizado por la Asociación de Mujeres Psicología Feminista bajo el título 'Violencia vicaria: un golpe irreversible contra las madres', el 44% de los asesinatos de violencia vicaria se producen durante el régimen de visitas.

"Hay que poner el acento en medidas como mejorar la detección del maltrato por parte de los servicios sociales o del sistema sanitario"

Susana Gisbert

— Fiscal de violencia de género

En opinión de Susana Gisbert, fiscal especializada en violencia de género, el cambio legal sí que "está funcionado" pero el problema es que a los juzgados especializados "se les escapan" un montón de situaciones, como denuncias antiguas o regímenes de visitas que se pactan en el ámbito civil porque no hay denuncia por maltrato. La fiscal cree que se debería instalar una especie de sistema de "alerta" y que todos los juzgados estuvieran interconectados, de forma que si una mujer acude a cualquier ámbito judicial por un divorcio, por ejemplo, o un asunto relacionado con una custodia, se sepa que también es víctima de violencia de género para así acordar medidas de protección hacia ella o sus hijos.

No obstante, según subraya Gisbert, "dejar caer la solución en los juzgados es arriesgado" porque el ámbito judicial solo actúa cuando el daño ya está hecho. "Hay que poner el acento en otras medidas como mejorar la capacidad de detección del maltrato por parte de los servicios sociales o del sistema sanitario", apunta.

Modernizar el derecho civil es otra de las reclamaciones, puesto que una mayoría de mujeres no denuncian y tratan de escapar de la violencia mediante una separación

Coincide con esta opinión Miguel Lorente, forense y exdelegado del Gobierno contra la violencia machista, que lleva años solicitando que se refuerce la capacidad del sistema sanitario en este sentido, porque casi todas las maltratadas acuden periódicamente al médico, pero se han implantado protocolos de actuación que aún no han dado resultados palpables.

"Hay que ser proactivo en la detección, porque solo el 20% de las víctimas denuncian, por lo que el enfoque policial y judicial es necesario pero insuficiente. Hay que poner la mirada sobre la sociedad y la asistencia sanitaria", reflexiona, al tiempo que advierte de que buena parte de la sociedad "minimiza" la violencia machista, por lo que es más difícil avanzar.

Lorente también cree que hay que introducir cambios en el ámbito civil, porque la mayoría de las víctimas tratan de escapar de la violencia mediante una separación, a través del juzgado si han contraído matrimonio. "El problema es que tenemos una ley penal que reconoce que el machismo es una desigualdad histórica, mientras que el derecho civil y de familia es ajeno a esta realidad, la figura de referencia en este código es el 'buen padre' y las madres son ignoradas, por lo que hay que adaptar la ley, modernizarla y dar formación a los operadores judiciales que trabajan en este ámbito", solicita.

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