Situación límite

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La vecina gironense que denuncia desprotección de la justicia ante un progenitor ausente

La vecina gironense que denuncia desprotección de la justicia ante un progenitor ausente / ANIOL RESCLOSA

Ariadna Sala

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"Mis hijos no reciben la pensión alimentaria y el padre no se enfrenta a ninguna consecuencia". Es la denuncia de Ester, una madre divorciada de 31 años y vecina de Girona, que lleva años luchando para compaginar un trabajo y el cuidado de sus tres hijos. Ester, que tiene en exclusiva la custodia de los menores, está considerada a nivel administrativo madre monoparental porque el padre de los niños ni cumple con sus obligaciones con la pensión ni con los regímenes de visitas.

Una vecina de Girona, divorciada pero considerada familia monoparental, denuncia la inacción judicial frente a los incumplimientos del padre de los niños con la pensión

El divorcio se consumó en abril de 2023, y el acuerdo alcanzado por ambos progenitores incluía la custodia exclusiva para la madre y la obligación del padre de pasar 150 euros a cada niño en concepto de pensión de alimentos, un acuerdo que él "ha incumplido prácticamente siempre", asegura la mujer.

Tras recurrir a la justicia para reclamar una deuda de 2.000 euros de la pensión, la sentencia acordó embargarle al hombre 40 euros

Tras ir por la vía civil a reclamar la deuda de la pensión alimenticia, que por ahora asciende a más de 2.000 euros, la sentencia judicial la dejó perpleja: "Acordó embargarle 40,65 euros por los tres menores. Me parece una cantidad ridícula y una tomadura de pelo", denuncia. Sin embargo, a ella le han denegado dos veces dos demandas donde reclamaba que se aumentara esta cantidad. Los niños tienen 4, 7 y 8 años. "La deuda irá subiendo pero nadie le reclama nada. ¿Hasta cuándo durará esta situación?", se pregunta.

Ester explica que los incumplimientos del convenio de divorcio por parte del otro progenitor son "constantes". Más allá de la pensión de alimentos, tampoco cumple el régimen de visitas con los menores, por lo que ella ha podido acogerse a la condición de familia monoparental. Desde hace medio año vive en una vivienda de alquiler social y recibe la prestación del ingreso mínimo vital, que le ayuda a completar su salario en un empleo a media jornada que le permite hacerse cargo de sus hijos.

Ester recibe el ingreso mínimo vital al que suma su salario de media jornada para mantener a sus hijos

Pero la estabilidad le ha costado años de lucha y desesperación. Cuando se separó, en el 2021, los cinco vivían en un piso de alquiler, llegando a un pacto verbal para repartirse los gastos de vivienda y de sus hijos. Relata que el padre no lo cumplió y ella no pudo pagar la integridad del alquiler, por lo que la propiedad les denunció. La deuda acumulada es de 9.000 euros.

"Vivía, sin ser consciente de ello, una situación de violencia de género, hasta que logré despegarme"

Además, en ese momento le denegaron varias prestaciones que pidió porque ambos progenitores estaban empadronados en el mismo domicilio. Pese a pedirle reiteradamente que se diera de baja, el hombre no hacía el trámite y la situación se enquistó durante un año "El ayuntamiento me decía que no había otra forma de hacerlo, y al final tuve que perseguirle y llevarle casi a la fuerza al ayuntamiento para que se diera de baja del padrón", lamenta.

"No tengo alternativa"

No fue hasta finales del pasado año que empezó a percibir el ingreso mínimo vital. "Estoy muy contenta del apoyo que he recibido de servicios sociales y de los servicios y oficinas de información y atención a las mujeres (SIAD); me han ayudado mucho a poner nombre a lo que me ocurría", subraya. "Vivía, sin ser consciente de ello, una situación de violencia de género, hasta que a partir de entonces logré despegarme y poner límites".

Está dolida con la justicia. "Se llenan la boca diciendo que los menores deben estar protegidos, pero permiten situaciones en las que los niños acaban siendo los más perjudicados", lamenta. "Yo solo quiero que mis hijos tengan lo que les corresponde. ¿Qué más puedo hacer? La justicia no protege a mis hijos. Tengo la sensación de que se procura más por las necesidades de un progenitor ausente que por las de los menores", añade antes de advertir: "No me voy a cansar, no tengo alternativa".

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