Entrevista |

Inma Puig, psicóloga: "Por estadística, en cada empresa hay un acosador"

Según la especialista, lo primero que hace el agresor es desacreditar a la víctima para que nadie le haga caso

Los protocolos contra el acoso laboral topan aún con el miedo de las víctimas a denunciar

Inma Puig durante la entrevista con El Periódico

Inma Puig durante la entrevista con El Periódico / Pedro González (WITH)

Laia Bonals

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El anfiteatro se deshace en aplausos. Algunas de las presentes se secan las lágrimas, otras se miran y asienten. Inma Puig, psicóloga y experta en equipos de alto rendiminto, acaba de poner en palabras las vivencias que hasta el momento no habían sabido indentificar. La especialista, tras una larga experiencia en empresas como el FC Barcelona o el Celler de Can Roca, acude a la cita con WITH, un ecosistema de cerca de 200 mujeres ejecutivas y directivas de toda España que permite tejer relaciones empresariales y personales. WITH llegó a Barcelona este jueves con un tema clave: el acoso laboral. Hablar, identificar, entender y ver.

¿Qué es el acoso laboral? 

Acoso en el lugar de trabajo es como cualquier manifestación de conducta abusiva, actos, palabras, gestos y escritos que puedan atentar contra la personalidad, la dignidad o la integridad psíquica o física de las personas y poner en peligro su empleo o degradar el clima de trabajo. Según la RAE, es el trato vejatorio y descalificador hacia un individuo con el objetivo de desestabilizarlo psíquicamente.

"El acosador se siente amenazado por la persona que acaba de llegar y pone en marcha la máquina de destrucción"

La definición es muy clara, ¿pero es tan fácil detectarlo?

Sí lo es. El que sufre lo nota enseguida, y el que lo hace lo pone en marcha porque nota que esa persona que acaba de llegar será un peligro. Se siente amenazado. El acosado y el acosador tienen los dos un perfil muy determinado y no es por casualidad que se encuentren. No es 'a quien le toca le toca', no. Se da esta situación por la reacción de pánico en la que entra el acosador.

¿Lo desencadena el pánico?

Sí, nace del convencimiento de que la persona que acaba de llegar a la empresa tiene más formación, más capacidad, más inteligencia y más contactos que uno mismo. Y ahí es cuando aparece la amenaza. El que la vive la siente tanto si es un igual, un superior o un inferior. Eso pone en marcha la maquinaria de destrucción hacia el otro. Es 'o tú o yo'. "Si creo que la persona que tengo delante me irá quintando el sitio, me va la vida en ello. Así que a por ella".

"Con el maltratador no se tiene que hablar de nada, tiene una capacidad de embaucar insuperable"

¿Por dónde empieza este acoso?

Lo primero que hace el acosador es desprestigiar a la víctima. El objetivo es que, cuando tú acuses a alguien de que te está acosando, estés ya tan desacreditado que nadie te haga caso y así él pueda seguir. El humor de mal gusto se hace servir mucho en estos casos. Por ejemplo: "¡Oye, siempre te estás inventando historias!". También aprovechan cualquier situación para decir: "Esto no es verdad, ya te estás inventando cosas. Es que eres muy difícil, eh, todo te sienta mal. Tienes la piel muy fina". Y todo esto va quedando, tanto en la víctima como en el entorno, que interioriza que esa persona es difícil, complicada, rara... Nada de lo que haces bien se reconoce y todo lo que haces mal se señala y repite. Eso hace que la víctima se sienta mal. 

¿Qué tipo de acciones se consideran acoso?

Las bromas que no tienen ninguna gracia y que las ríe el acosador, no la víctima; las miradas de desprecio; los silencios; el no convocarte a una reunión a la que acude todo el mundo... Todos ellos son indicadores de que está habiendo un trato no igualitario respecto al resto. 

"Lo primero que hace el acosador es desprestigiar a la víctima para desacreditarla y que nadie le haga caso"

La teoría dice que hay que denunciarlo, hablarlo, pero a las víctimas no les resulta siempre tan sencillo. ¿Qué deben hacer? 

Lo primero: no hay que hablarlo con el acosador. Con el maltratador no se tiene que hablar de nada, porque es tal la capacidad que tiene de darle la vuelta a las cosas que acaba haciendo creer a la víctima que él tiene razón. Que eres tú el que no vale, el que se equivoca. No se tiene que hablar con ellos nunca, ya que tienen una capacidad de embaucar insuperable. Lo primero que hay que hacer es pedir ayuda a la autoridad. No se debe parar de hacerlo hasta que alguien haga caso y, si eso no sucede, buscar otro trabajo. Es como si estuvieras conviviendo con una fuga de gas tóxico. ¿Qué harías? Marcharte, ¿verdad? Pues esto es lo mismo.

¿Cómo se combate el miedo? 

Hay que entender que el individuo lo hace porque a ti te considera potente, por lo que no tienes que sentirte pequeño. Lo más importante es racionalizarlo. El pequeño es él. También es necesario empezar a poner nombres y apellidos a los casos. 

"Hay que avisar de las empresas en las que hay acosadores y la dirección lo permite"

¿Es necesario identificarlos? 

Hay que avisar. Decir: "En tal empresa pasa esto, o hay tantos individuos que hacen esto y la dirección lo permite". 

¿Las mujeres tienen más posibilidades de vivir situaciones de acoso? 

No tanto por ser mujer, sino porque es una novedad que ellas tengan según qué cargos y que accedan a según qué trabajos. El acosador lo hace tanto con hombres como con mujeres. La irrupción de mujeres en ciertos empleos es porque son buenas. En cambio, los hombres acceden sin que sean tan buenos. Pero el problema no lo tienen ellos con las mujeres ni tampoco las mujeres: lo tienen los maltratadores. 

Inma Puig durante la entrevista con El Periódico

Inma Puig durante la entrevista con El Periódico / Pedro González (WITH)

Este verano lo hemos vivido en el caso del deporte femenino. El beso de Rubiales a Jenni Hermoso fue reconocido con mayor facilidad como acoso que no el caso Alhama

Esta es la lucha. La gente se cree que un pico es un horror, que lo es, pero no tanto que se machaque a una persona cada día y se rían de ella. Y está claro que los acosadores están en todos lados. En todas las etapas de la vida nos hemos encontrado con alguno. Por estadística, en cada empresa hay un acosador. Un buen consejo es que, cuando alguien empiece a trabajar, lo primero que tiene que identificar es: ¿quién intentará acosarme porque me ve como una amenaza y quién es el que me tiene que proteger?

Y encontrar un entorno seguro

Hay que explicarle a la gente que hoy puede ser otra persona, pero mañana puede ser él. Hay que hacer red, hay que ayudar y actuar. Antes la gente, por miedo, aguantaba lo que fuera, por el que dirán, pero eso ya no sirve. Ahora hablamos de emociones, de sentimientos y de salud mental. Y esta es aún más importante que la física. Si la salud mental está bien, hay menos malestar físico. 

¿Ayuda que los referentes, como deportistas o gente famosa, hablen de salud mental y de la necesidad de la ayuda psicológica?

Es una gran ventana para ver que a todo el mundo le puede pasar. Todo el mundo está expuesto a tener un problema de salud mental y no se ha de esconder. Lo que hay que hacer es compartirlo para encontrar ayuda. La salud mental sigue muy estigmatizada. Igual que sobre la salud física se habla de enfermedades y de lesiones, lo mismo deberíamos hacer con la salud mental. Cuando una persona tiene una crisis de ansiedad, es una lesión mental que trabajándola y haciendo recuperación desaparece. 

WITH llega a Barcelona

WITH se ha presentado en Barcelona, en el recién estrenado Norrsken House Barcelona, en un evento que ha reunido a cerca de 100 mujeres ejecutivas y directivas. Esta ha contado con una charla de Inma Puig, psicóloga y experta en equipos de alto rendimiento, que ha reflexionado sobre la sostenibilidad emocional y sobre la lacra que supone el acoso en el ámbito laboral.

Entender el liderazgo como cooperación, no como competencia. Así nace WITH, un ecosistema de más de 200 mujeres líderes referentes en incontables disciplinas. El propósito colectivo de WITH es ser la fuerza motriz detrás de la creación y promoción de nuevos modelos de liderazgo que trasciendan la cuestión del género. Un liderazgo más diverso, más humano y más conectado que, necesariamente, debe incluir a más mujeres en la alta dirección de las compañías.

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