Mutilación genital femenina

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La feria solidaria contra la mutilación genital femenina en Girona

La feria solidaria contra la mutilación genital femenina en Girona / ANIOL RESCLOSA

Laura Teixidor/Diari de Girona

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Unos 200 millones de mujeres y niñas han sufrido la mutilación genital femenina, es decir, todos aquellos procedimientos que implican la extirpación parcial o total de los genitales externos, así como otras lesiones vinculadas. Sin embargo, pocas son conscientes de ello porque es una práctica normalizada. No es hasta después de los años que se dan cuenta de cómo puede llegar a afectarlas.

Disfunciones sexuales, infecciones, hemorragias, depresión y ansiedad, falta de autoestima e incluso la muerte son algunas de sus consecuencias. En el caso de Dialla Diarra, a quien le cortaron una parte del clítoris cuando solo tenía una semana de vida, no lo descubrió hasta que tuvo a su hija.

A partir de ahí abrió los ojos y en 2006 decidió crear la asociación Legki Yakaru, con sede en Banyoles, para luchar en favor de los derechos de la mujer y romper con el tabú de la ablación. "La reivindicación no debe parar, hay que hablar más de ello para concienciar a la población".

Feria Solidaria

Cada año, cuando se acerca el Día Mundial de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, Diarra, junto con otros activistas, organizan una feria solidaria para visibilizar la problemática. Siempre la hacían en el centro cívico de Can Ninetes y este año, por primera vez, salieron a la plaza de Santa Eugèenia para llegar a más gente, a través de actividades, talleres, lecturas de manifiestos y venta de productos solidarios.

La asociación gironense Jokkere Endam es otra de las entidades que colabora y que también lucha a favor de los derechos de la mujer. Mariama Jadama es la técnica gestora de proyectos a través de formaciones y talleres dirigidos a diferentes públicos. "Pertenezco a una etnia que practica la ablación en África occidental y me siento afortunada porque no me han mutilado, a diferencia de mi madre, que no pudo evitarlo y está totalmente en contra".

Derecho al placer

Mariama Touray, de la entidad Sagoe de Olot, se unió ayer a la reivindicación con la lectura de un manifiesto en el que lamentaba que hay mujeres que mueren cuando tienen hijos por culpa de la ablación y recordó que "las mujeres tienen derecho a tener placer" y que por eso "es necesario" condenar este tipo de prácticas. "Hay muchos grados de mutilación, sé de mujeres que sufren lo peor, el cierre total del órgano genital femenino y que solo se abre, sin anestesia, una vez se casa".

Pero la lucha por la erradicación no es solo de mujeres, sino también de los hombres, que son los "principales cómplices porque lo permiten", explicaba un senegalés que lleva 18 años viviendo en Girona. "Desde estos países practicantes es difícil luchar y las nuevas generaciones lo tienen más complicado porque estas prácticas están muy arraigadas". Él tomó conciencia de la realidad una vez se instaló en Catalunya y admite que ahora están presionado a las familias para que la situación cambie. "Tengo una hija y nunca me lo he planteado".

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