Violencia sexual

Se duplican los casos de mutilación genital infantil detectados por los Mossos

En 2022 la policía catalana atendió a 12 niñas a quienes se había practicado o se quería practicar la ablación, el doble que en 2021

Los Mossos hacen un llamamiento a denunciar, conscientes de que la mayoría de casos no llegan a comisaría

Unas agentes de los Mossos d'Esquadra explican el protocolo de prevención de la ablación en un poblado de Gambia.

Unas agentes de los Mossos d'Esquadra explican el protocolo de prevención de la ablación en un poblado de Gambia.

Elisenda Colell

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"Nuestros datos no representan la realidad. Hay muchos más casos de mutilación genital femenina en Catalunya que no nos llegan, y por esto debemos hablar de ello y fomentar que se denuncien", explica Andrea García, caporal de la Unidad Central de Atención a la Víctima de los Mossos d'Esquadra. Los datos que maneja el cuerpo muestran una tendencia al alza desde el año pasado. En 2022 los Mossos atendieron a 12 niñas, el doble que en 2021. De media tienen entre 3 y 10 años.

En el fondo se trata de una buena noticia, porque los Mossos insisten en que es muy difícil detectar los casos y la mayoría de ellos pasan inadvertidos ante la policía. Catalunya es la primera región europea que cuenta con un protocolo de coordinación en este ámbito, y la única en toda España.

De las 12 niñas atendidas el año pasado por los Mossos, todas de las comarcas de Girona, solo a una de ellas se le practicó la ablación de clítoris. "En la práctica mayoría de casos esto no ocurre. Lo más importante es la cooperación con los servicios sociales y los pediatras", señala García.

Los profesionales sanitarios son quienes detectan las ablaciones realizadas, y pueden dar aviso a las autoridades policiales. Las 11 niñas restantes que se detectaron fueron intentos fallidos. "Los padres manifiestan la voluntad de viajar a sus países de origen (especialmente África Occidental) para mutilar a las niñas y es cuando nosotros intervenimos", explica García.

La mediación: procedimiento clave

El papel de los Mossos, en el fondo, es el último recurso. Antes está la intervención social y mediadora en la que ayudan muchas entidades sociales, entre ellas mujeres y hombres referentes de la comunidad africana en Catalunya. El objetivo, convencer a los padres de que la ablación es un delito penado con hasta 12 años de cárcel, pero que además va en contra del desarrollo de las niñas.

Médicos y trabajadores sociales ofrecen información y documentación a las familias para que entiendan los daños físicos y emocionales que pueden ocasionar practicar tales intervenciones a las menores. Uno de los últimos recursos que usan los profesionales sanitarios es hacerles firmar un documento en el cual se comprometen a que después del viaje, las niñas van a pasar una revisión para detectar si las han mutilado.

También ha habido casos en que la presencia de entidades catalanas en los países africanos ha salvado a muchas niñas. "Tenemos buena relación con las oenegés que trabajan en el territorio y en algún caso hemos advertido a estas entidades y ellas han podido encontrar a las niñas y rescatarlas antes de que se les practicara", cuenta García.

Retirada de pasaporte

se interroga a los padres, los educadores y el entorno de las víctimasla retirada del pasaporte

"En Catalunya no ha habido nadie que haya terminado en la cárcel por practicar la mutilación genital femenina", subraya García. En muchas ocasiones, aclara la caporal, es muy difícil demostrar que la menor a quien se ha practicado la ablación residía en Catalunya antes de que se le mutilara el clítoris.

En los 15 años desde que Catalunya trabaja en este ámbito, sí que ha habido que adoptar medidas más graves, como la retirada de la custodia de las niñas a los padres, que en algunos casos terminan viviendo en centros de menores de la Generalitat.

Por territorios, Girona es dónde se detectan más casos, casi la mitad del total desde 2008, cuando hay datos. "Ocurre en todas las demarcaciones, pero en Girona es donde se empezó a trabajar", apunta García.

En la última década, destacan la detección de intentos de mutilación femenina en el Vallès y la zona metropolitana Norte, además de Tarragona o algunas ciudades del Baix Llobregat. "Lo que necesitamos es fomentar la coordinación y reforzar los servicios para que pueden ser conocedores porque no todos nos avisan", lamenta García. "Desgraciadamente, no podemos decir que la ablación va a menos en Catalunya, es evidente que hay muchos más casos que no hemos podido aflorar", insiste la caporal.