El boom de la marihuana

Las investigaciones judiciales contra clubs cannábicos se disparan en Catalunya

La fiscalía alcanzó en 2022 las 448 investigaciones en toda la comunidad, según su última memoria

El ministerio público mantiene que tras la apariencia jurídica de algunas asociaciones se pueden ocultar grupos dedicados a la distribución de drogas

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El 'bajarse al moro' de los turistas europeos que vienen a buscar marihuana a Catalunya

Redada policial en un club cannábico en la calle Aragó, en enero.

Redada policial en un club cannábico en la calle Aragó, en enero. / Manu Mitru

J. G. Albalat
Germán González
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La proliferación de asociaciones y clubs cannábicos en los últimos años ha disparado en Catalunya el número de procedimientos penales contra estas entidades. La fiscalía alcanzó en 2022 las 448 investigaciones en toda la comunidad. Tanto esta institución como la Fiscalía General del Estado han mostrado su preocupación por esta situación y la banalización del consumo de marihuana entre los jóvenes, lo que implica riesgos y daños para su salud. "Yo llevo mucho tiempo advirtiendo de que se trata un negocio que en parte se basa en crear confusión y transmitir a los jóvenes que esto no es peligroso. El Ministerio de Sanidad está preparando una regulación del uso terapéutico del cannabis. Me parece excelente para aclarar estas cuestiones”, asegura a EL PERIÓDICO Rosa María Moran, fiscal jefa de la Fiscalía Antidroga.

La última memoria del delegado de la Fiscalía Antidroga en Barcelona sostiene que el tráfico de drogas en base de derivados del cannabis mantuvo en 2022 “su desgraciado protagonismo un año más”, con un “asombroso” incremento cuantitativo. E incluso va más allá y subraya que “cabe temer que las cifras negras de criminalidad -la realidad percibida policialmente- alcancen un volumen alarmante hacia un horizonte insoportable que protagonice el crimen organizado”. Sobre los clubs cannábicos, el informe resalta que su proliferación en Catalunya se ha extendido a toda España y se ha “metastatizado”.

En su última memoria, resalta que su proliferación en Catalunya se ha extendido a toda España y se ha “metastatizado”

De hecho, la persecución penal de estas entidades cambió en 2013 a raíz de las nuevas pautas marcadas por la Fiscalía General del Estado. En una instrucción, se apuntaba a que debía tenerse en cuenta que "detrás de la apariencia jurídica de algunas asociaciones se pueden ocultar auténticas organizaciones o grupos dedicados a la distribución de drogas”, utilizando la cuota pagada por los socios “como contraprestación” de la sustancia que recibe del club cannábico.

Siete años de prisión

Este concepto, por tanto, ha abierto la posibilidad de acusar a los promotores de estos clubs de organización o grupo criminal, con lo que se dispara la condena. Por ejemplo, en un escrito de acusación al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, la fiscalía reclama para los fundadores y promotores de una asociación hasta siete años de prisión, más multa e inhabilitación.

Algunas fuentes relacionan el 'boom' de las entidades cannábicas con la proliferación de plantaciones que han convertido a Catalunya en la gran fábrica cannábica de Europa

La Fiscalía de Barcelona reconoce en su última memoria que, después de nueve años de actuación con las pautas de esa instrucción, se continúa “ignorando qué motiva la proliferación” de los clubs cannábicos, aunque algunas fuentes lo relacionan con el hecho de que Catalunya se ha convertido en uno de los principales suministradores de marihuana hacia Europa. Solo un dato: en 2012 se contabilizaron 50 clubs; en 2014 se hallaban activos en Catalunya, principalmente en Barcelona, más de 200, con más de 100.000 socios.

Tours cannábicos

Según la fiscalía, la tolerancia en Catalunya ha atraído consumidores y “proveedores clandestinos” de otras comunidades españolas “menos empáticas con el movimiento cannábico”. Incluso, añade, es “fácil” encontrar información y publicidad en internet sobre estas asociaciones. Ya en 2013 existían agencias de viajes extranjeras que ofrecían tours por la capital catalana con el exclusivo objeto de visitar locales donde se vendía y consumía cannabis libremente.

Según la fiscalía, los clubs “suministran indiscriminadamente droga obtenida en el mismo mercado negro que, paradójicamente, sus estatutos dicen combatir”

La fiscalía considera, además, que durante 2022 se volvió a constatar que estos clubs “suministraban indiscriminadamente droga obtenida en el mismo mercado negro” de sustancias que, “paradójicamente, en sus estatutos dicen combatir”. Desde 2016, se incoaron en Barcelona diversas investigaciones por actuación de los llamados “agentes verdes”, es decir comisionistas que eran sorprendidos captando a consumidores de cannabis en las Ramblas y en zonas próximas (normalmente turistas extranjeros) y a los que se les ofrecía acompañarles hasta una de estas asociaciones donde les aseguraban que obtendrían el carnet de socio y droga. Los investigadores aseguran que en ocasiones estos clubs cuentan con cultivos propios y “asesoramiento especializado para la producción intensiva”.

Regulación integral

“Urge en España, desde hace décadas, una ley de regulación integral del cánnabis que permita el acceso a su consumo de forma controlada a mayores de edad con capacidad intelectual suficiente, ya sea para fines terapéuticos o lúdicos. La fórmula de la represión penal se ha demostrado no solo ineficaz para proteger la salud pública, sino perjudicial para otros bienes jurídicos, pues la prohibición fomenta la comisión de delitos contra el patrimonio, la Hacienda Pública, la libertad, la integridad física y la vida”, asegura el abogado penalista Pepe Rey.

En su opinión, “siguen desfilando por los tribunales, y soportando penas de prisión, los últimos eslabones de la cadena, los más débiles, mientras que los grandes distribuidores logran escabullirse. La falsa creencia de que la venta de marihuana o hachís en clubes o asociaciones cannábicas no constituye delito está llevando a mucha gente a soportar condenas de prisión y multas inmerecidas”.

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