Entrevista

Angelica Castro-Salazar: "Las pocas chicas que hay en clase tienen miedo a participar"

La estudiante de Ingeniería Civil y Medioambiental en el MIT participa en un proyecto en el que imparte clases de matemáticas y física en un instituto de Barcelona

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La estudiante de Ingeniería Civil y Medioambiental en el MIT Angelica Castro-Salazar.

La estudiante de Ingeniería Civil y Medioambiental en el MIT Angelica Castro-Salazar.

Judit Figueras

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En Barcelona, Angelica Castro-Salazar ha encontrado el punto de unión entre dos de sus pasiones: un urbanismo fascinante y un proyecto docente inspirador. A lo largo de este mes de enero, la joven estudiante de Ingeniería Civil y Medioambiental, en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), ha tenido la oportunidad de impartir clases de física y matemáticas en el Institut Bernat el Ferrer, de Molins de Rei. Un proyecto fruto del acuerdo entre el MIT, el programa FAIG de la Generalitat y EduCaixa, de Fundació La Caixa. 

-¿Qué fue lo que le motivó a participar en este programa?

-Por una parte, lo que me inspiró fue estar en Barcelona, que es una ciudad muy interesante desde el punto de vista de una ingeniera civil. Pero también la oportunidad de trabajar con niños como docente, que es algo que ya había hecho en el instituto de Estados Unidos. 

-¿Qué es lo que más destacaría de su experiencia este último mes?

-Lo que más me ha gustado son las preguntas de los niños. A mí, personalmente, asignaturas como la física y las matemáticas me apasionan, pero es difícil saber si a un niño le está interesando o está captando lo que le estás explicando. Oír cómo hacen preguntas me demuestra que sí les importa el material que les estoy enseñando. 

-¿Qué cree que puede aportar a estos jóvenes?

-Desde el instituto de Molins de Rei me trasladaron su satisfacción por el hecho de que una chica esté enseñando materias científicas. Cuando llegué al instituto, noté que hay menos interés en estas asignaturas por parte de las chicas. Creo que puede ser positivo que vean que lo que estoy haciendo, no solo me interesa, sino que lo estoy haciendo a nivel alto y en la mejor universidad del mundo. Para mí es importante demostrarles que sí es posible. Muchas tienen la capacidad, pero, a veces, les da miedo lanzarse a este mundo. 

-¿Utiliza alguna estrategia para motivar a sus alumnos?

-Este ha sido, sin duda, el principal reto al que me he enfrentado este mes. Intento hacerles preguntas mientras estoy haciendo una presentación para incorporarlos en la temática. Pero, sobre todo, lo que disfruto más es ponerles proyectos y retos de creación. Para mí, como estudiante, eso era lo que más me gustaba: aprender mientras creaba algo con mis propias manos. A mis alumnos les digo que la ciencia es como ver el mundo a través de unas gafas de rayos X. Gracias a ellas, no solo ven las cosas, sino que entienden cómo funciona una estructura o por qué los aviones no caen. 

-Uno de los objetivos del programa es incentivar la metodología maker ¿En qué consiste?

-El primer caso es la creación de algo a nivel muy básico, por ejemplo una rampa, usando libros, papel de aluminio o toallas. El segundo paso implica que los alumnos tengan acceso a recursos más avanzados como impresoras 3D y software de diseño 3D y a partir de ahí, puedan empezar a aplicar su creatividad y los conceptos que se han asimilado en clase.

-En España, solo el 16% de los profesionales del área de las STEM son mujeres ¿Cómo cree que se puede revertir esta situación?

-Lo más esencial es empezar cuando son pequeñas, que la familia no decida sus intereses por ellas. Además, creo que es importante que las chicas puedan contar con una comunidad en las clases de ciencia. Lo que he notado, en mi experiencia personal, es que las pocas chicas que hay en estas asignaturas sienten miedo a participar. En cambio, los chicos no dudan en hacerlo porque, al estar rodeados de sus amigos, se sienten en un espacio seguro. Las chicas se pueden sentir un poco solas en clase y les entran dudas al hacer comentarios o preguntas, como si se fueran a burlar de ellas.