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Elena de Borbón, la última infanta primogénita

El 60 cumpleaños de la infanta Elena reúne a Juan Carlos I y Felipe VI

La infanta Elena el día de su cumpleaños

La infanta Elena el día de su cumpleaños

Natalia Araguás

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Nunca tuvo la buena planta de Felipe, ni el carisma de su padre Juan Carlos, ni el desparpajo con que de joven se desenvolvía su hermana Cristina. Pero visto lo visto con la monarquía española, Elena de Borbón le aporta el valor supremo de los últimos tiempos: la estabilidad. La primogénita de Juan Carlos I y doña Sofía, quien de haber nacido sólo unas décadas después podría haber sido reina de España, cumplió 60 años el pasado miércoles sin moverse del discreto segundo plano en el que lleva instalada desde hace décadas

Elena de Borbón alcanzó las cumbres de su popularidad coincidiendo con el principio y el fin de su matrimonio. Su regia boda en la catedral de Sevilla el 18 de marzo de 1995 con Jaime de Marichalar, con la multitud agolpándose en las calles de la capital andaluza para presenciar el primer enlace real desde que España se convirtiera en una democracia, puso el broche de oro al juancarlismo. El posterior “cese temporal de la convivencia” de los duques de Lugo, anunciado el 13 noviembre de 2007, abrió otro melón: además de casarse por amor, los miembros de la Casa Real podían incluso separarse cuando constataban su agotamiento. Más allá de estos dos hitos, “la más Borbón de los borbones”, según la describen quienes la conocen, ha llevado la vida que de tal se espera: hípica, vela y toros, y entretanto cumplir con un empleo suculentamente remunerado. Desde 2008 es directora de proyectos en la Fundación Mapfre, con un sueldo entre 180.000 y 200.000 euros brutos al año, según publicó Tiempo.  

Elena de Borbón vive apartada del foco público, que en su lugar consumen sus hijos, en los que se reconocen cualidades de Jaime de Marichalar. El gusto por la moda y el lujo en el caso de Victoria Federica, que ejerce de 'influencer'. La querencia por el ocio nocturno de Felipe Juan Froilán, la misma circunstancia que acabó por dinamitar el matrimonio de sus padres: uno bullanguero, mientras que la otra se autodefinía como “la Cenicienta de las once”. Tras sucesivas polémicas, el mayor de sus vástagos fue enviado a Abu Dabi bajo la supervisión de su abuelo, con quien competía en nefastos titulares

Tampoco Elena de Borbón fue una estudiante ejemplar. Con ayuda de profesores particulares completó su etapa escolar en el colegio Santa María del Camino, con Carlos García Revenga como tutor. Luego cursó Magisterio y se licenció en Pedagogía por la Universidad de Comillas, donde ejercía de profesor García Revenga, quien acabó de Secretario de las Infantas y fue imputado en el caso Nóos, aunque resultó absuelto. Nunca estuvo sobre la mesa que fuera reina: que su padre prefiriera a Felipe y el hecho de que el propio Juan Carlos tuviera una hermana mayor, Pilar de Borbón, pudieron haber influido en que no se cuestionara la prevalencia del varón al redactar la Constitución. 

Pese a su carácter temperamental, sus allegados destacan su nobleza y la capacidad para aglutinar a todos los miembros de una familia que ya pocas veces se reúne al completo. Sirva como ejemplo su fiesta de cumpleaños, un almuerzo en el restaurante Pabú de Madrid al que asistieron los reyes Felipe y Letizia, los eméritos Juan Carlos y Sofía y la infanta Cristina, entre otros familiares y amigos. Tras pasarse la mañana trabajando en la Fundación Mapfre, Elena de Borbón acudió a la cita, saludando a la prensa tras sus gafas de sol. 

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