Un quinto premio cae en un barrio desfavorecido de Salt: "Haremos un viaje con la familia"

La administración de lotería número 1 de Salt (Gironès), situada en la calle Àngel Guimerà, uno de los barrios más desfavorecidos de Catalunya, ha repartido más de 3,1 millones de euros del 92023, el cuarto quinto premio de la rifa de Navidad. Los propietarios del negocio, Mireia e Ismael Muela y Carles Vallejo, hace poco más de un mes que tomaron las riendas de la administración porque los anteriores se jubilaron. Este viernes no podían estar más contentos: "Este número ha sido todo un éxito, creemos que porque terminaba en 23, el año que dejamos atrás". Esta administración devolvió 78 de las 130 series de las que dispuso (vendió un total de 52).

Víctor, el lotero que ha repartido el Gordo y cuatro premios más en Barcelona: poseedor de una piedra de la suerte y aprendiz de su abuela

A lo largo de la mañana, clientes premiados han ido hasta el establecimiento como Nada, una niña de 9 años que justo ayer pidió a su padre que comprara el décimo: "Estamos muy contentos. Haremos un viaje con la familia", ha dicho. Cada boleto del 92023 está premiado con 6.000 euros. Desde las once de la mañana, el trasiego en el establecimiento situado en el corazón del sector centro de la población ha sido constante, entre periodistas de medios de comunicación y vecinos que se han acercado a dar la enhorabuena a los propietarios. También han ido apareciendo algunos ganadores, que no han dudado en compartir su alegría. "Me gustó el número y por eso lo pedí", decía Nada.

"El premio es más de ella que mío", ha dicho su padre, Marzouk Lakbir. De entrada, no sabía qué importe les ha tocado. Cuando los periodistas le han dicho que son 6.000 euros ha dicho "bueno, bueno, está bien". La familia, originaria de Marruecos, tiene previsto utilizar el dinero para realizar algún viaje juntos.

El Gordo de Navidad deja 8 millones en el centro de Badalona: “Es una emoción indescriptible”

Otra vecina a la que la suerte le ha sonreído es Assumpció Brugués. Algo agobiada, explicó que tenía claro que el número que había comprado terminaba en 23 y, cuando escuchó en la radio la cifra entera, comprobó que, efectivamente, era el que había comprado. "No sé qué haré con el dinero", ha reconocido.

Justo del portal de un edificio de enfrente de la administración de lotería, ha bajado un poco más tarde Luz Marina, que trabaja de cuidadora de un abuelo. Tenía una foto en el móvil del décimo y preguntó a los periodistas si era este el que había ganado. Cuando le confirmaron, afirmó que está "muy contenta" y que utilizará el dinero para sus hijos, que están en su país de origen, Honduras.