200 años de un eje monumental

'16 fetges': las cenas 'clandestinas' en Passeig de Gràcia que reúnen de Serrat a Puyol

Joan Gràcia en el piso en el que se reúnen 'Els 16 fetges'.

Joan Gràcia en el piso en el que se reúnen 'Els 16 fetges'. / MANU MITRU

Helena López

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El autor de ‘La ciudad de los prodigios’, el de ‘Mediterráneo’ y el jugador que más veces ha llevado el brazalete de capitán del Barça en la historia del club compartiendo mesa, vino y risas se antoja una imagen cuanto menos llamativa. Tres hombres que ocupan un lugar privilegiado en la memoria colectiva de varias generaciones disfrutando frente a un mismo mantel. Pocos saben que la escena –de la que también podrían formar parte otros 13 nombres no precisamente anónimos– es, en realidad, cotidiana.

El 'tricicle' Joan Gràcia 'preside' esta peña gastronómica de la que también forman parte Eduardo Mendoza, Carlos Latre o Juli Capella

Eduardo Mendoza, Joan Manuel Serrat y Carles Puyol son tres de los socios de ‘16 fetges’, peña gastronómica creada y presidida por Joan Gràcia -sí, el del Tricicle. Un grupo de amigos [entre los que también figuran el cocinero Carles Gaig o el humorista Carlos Latre] que tienen en común que les gusta comer y beber, que se juntan un lunes al mes -el día libre por excelencia de actores y cocineros- en el piso que el cómico tiene en el Passeig de Gràcia, espacio que durante años ocuparon las oficinas de la mítica compañía.

Joan Gràcia muestra el libro de actas de su peña gastronómica 'Els 16 fetges'.

Joan Gràcia muestra el libro de actas de su peña gastronómica '16 fetges'. / MANU MITRU

Pese al aire absolutamente clandestino del lugar, Joan Gràcia -tras el adiós definitivo del Tricicle hace un año, dedicado a la dirección artística de Lio Ibiza- abre las puertas a EL PERIÓDICO de su piso en el Passeig de Gràcia. Un lugar que significa mucho para el artista barcelonés desde hace cuatro décadas.

"Soy del Poble-sec, viví muchos años en Sitges, cuando aún no estaba la autopista, solo las Costas del Garraf. Y subía y bajaba cada día a Barcelona, hasta que llegó un momento que me dije, Joan, tienes que buscarte algo en la ciudad. Entonces, como me llamo Joan de Gràcia, dije, mira, me apetece vivir en el Passeig de Gràcia. Empecé desde arriba, en Jardinets, escalera por escalera. '¿Hay algún piso de alquiler, aquí?’. Y fui bajando, bajando, hasta la plaza de Catalunya. Crucé y fui subiendo, subiendo, preguntando en cada portería. Y al llegar aquí, había una señora, Manuela, creo que se llamaba, y me dijo que en el cuarto había uno que lo acababan de dejar. Y entré y estaba como ahora, todo diáfano, sin nada. Era un piso que daba delante y detrás. Había una empresa de ordenadores, cuando los ordenadores eran unas bestias así de grandeses", suelta del tirón, como si se tratara de un monólogo.

Joan Gràcia en el balcón del piso que tiene alquilado desde hace décadas en el Passeig de Gràcia.

Joan Gràcia en el balcón del piso que tiene alquilado desde hace décadas en el Passeig de Gràcia. / MANU MITRU

Hacía poco había estado en Nueva York, en casa de un amigo que vivía en un 'loft' y pensó que aquel era un lugar maravilloso para convertirlo en uno. Pero era muy grande y el alquiler muy alto, y la propiedad lo partió en dos. Gràcia alquiló la mitad que da al paseo -la mejor-, y la interior la rentó el Consulado de Panamá. Corría 1985 -"sí, porque estábamos con 'Èxit'"- y ambos siguen en la finca, toda propiedad de una misma familia.

No me gustan las normas; las normas hacen que la gente se pelee, las no normas, no

Joan Gràcia

— Fundador del Tricicle

"Puse estos espejos, que siguen estando, por si teníamos que ensayar alguna vez", recuerda, señalando una de las paredes del comedor, la que está detrás de la gran mesa alrededor de la cual se reúnen los hombres ya citados y algunos otros como el humorista José Corbacho, el también 'tricicle' Carles Sans [Paco Mir es el único que falta "porque no le gusta comer", requisito indispensable], el director del 'Sport', Joan Vehils, el actor Jordi Bosch o el arquitecto Juli Capella, encargado de unos libros de actas de colección.

Libro de actas de la peña gastronómica 'Els 16 fetges', presidida por el cómico Joan Gràcia.

Libro de actas de la peña gastronómica 'Els 16 fetges', presidida por el cómico Joan Gràcia. / MANU MITRU

Vivió un año y medio allí y le encantaba el lugar. Tanto que pensó que podía ser el cuartel general del Tricicle. Y así fue durante 30 años. Fueron las primeras oficinas de la compañía. Estuvieron allí hasta que se les quedaron pequeñas y alquilaron otro piso más grande abajo. En el momento en que se mudaron, el local quedó vacío otra vez y montó el singular espacio que es ahora, con velas en botellas de vino XXL y cortinas de terciopelo.

Vino, gintónic y Scalextric

"De pequeño hacía competición de Scalextric. No jugaba, corría. Les compré a mis hijas uno enorme, al que solo jugamos un día o dos; entonces decidí traerlo aquí", dice, mostrando el circuito de cuatro pistas y nueve segundos escondido bajo la inmensa mesa. "Hice la mesa para el Scalextric y pensé, mira, caben 16 personas. Y 16 me llevó a '16 jutges mengen fetge'. Y como yo como bastante, y soy un buen gastrónomo, dije, podríamos montar una peña gastronómica aquí. Y pensé, ¡haz un 'Txoco'! Y cogí a gente que sabía que disfrutaban con la gastronomía, personas que no se conocían entre ellos y las junté", relata.

Joan Gràcia en su piso en el Passeig de Gràcia, este jueves.

Joan Gràcia en su piso en el Passeig de Gràcia, este jueves. / MANU MITRU

El funcionamiento es sencillo. Se organizan por parejas, y cada mes una de ellas se encarga de organizar la cita. Para ello tienen dos tareas importantes: la primera, convencer a algún cocinero para que acuda a cocinar aquí (de ahí que sea los lunes). Cocineros a la altura de Nandu Jubany, quien quedó tan encantado con el asunto que se hizo socio. La segunda es buscar y traer a algún invitado para hablar de algún tema. El tiempo que quiera, como quiera; aquí no hay normas.  

Joan Gràcia en uno de los aseos del piso en que se reúne la peña gastronómica '16 jutges'.

Joan Gràcia en uno de los aseos del piso en que se reúne la peña gastronómica '16 jutges'. / MANU MITRU

"Cuando me invitan a una cena a hablar, tienes que ir ahí, prepararte algo, te pones nervioso, te hacen una serie de preguntas muchas veces estúpidas, y yo pensé, no, aquí invitamos a la gente a disfrutar -cuenta-. Soy el presidente y soy la persona más antirreglas que existe. Soy anárquico y no me gustan las normas, hacen que la gente se pelee", sentencia.

No es ninguna norma –queda claro que aquí no las hay–, pero en estos encuentros en los que procuran conversar de todo, no se habla, por ejemplo, de política. De ahí que haya podido pasar varias veces por el club el 'exmayor' Trapero, por ejemplo, "sin ningún tipo de mal rollo".

Tampoco lo es –insiste Gràcia– que todos los socios sean hombres. "Se ha dado así; somos un grupo de amigos", zanja. Sus amigos firman también las obras de arte que adornan de las paredes, donde destaca el espectacular cartel del Carnaval de Sevilla de 1992 de su colega Miguel Gallardo.