Carta íntegra de los hermanos del cura acusado de pederastia en Zaragoza

Hacen llegar una misiva a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN en la que realizan las siguientes manifestaciones

La víctima, con toda la documentación de la causa durante la entrevista concedida a este diario.

La víctima, con toda la documentación de la causa durante la entrevista concedida a este diario. / ANDREEA VORNICU

El Periódico de Aragón

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Comunicado a los medios de la familia Reula Paúl en defensa de la dignidad de su sangre y de su memoria familiar. Ante los hechos que se están haciendo públicos, que ya conocíamos, que también hemos denunciado y que afectan a la honorabilidad de nuestra memoria, de nuestra biografía familiar y de nuestros apellidos no podemos ni debemos permanecer silentes e inactivos. Los delitos cometidos por el sacerdote, portador de nuestra sangre, se encuentran en las antípodas de los principios que han marcado el devenir de nuestra historia familiar. Por ello, nos sentimos obligados a realizar las siguientes manifestaciones:

  1. Que solicitamos el más dolorido perdón de todos los niños o adultos en los que el sacerdote redentorista haya llevado a cabo su actividad abusadora, manipuladora y delictiva.
  2. Que condenamos sin paliativos que uno de los nuestros haya sido agente de los crímenes más atroces que pueda cometer un ser humano. Nos produce asco y vergüenza.
  3. Que no ponemos en duda la veracidad de los hechos denunciados porque se compadecen con los antecedentes penales del redentorista, con el relato contrastado y coherente de la propia denunciante y con la demostrada técnica para delinquir de un sacerdote abusador de los más débiles y confiados. Los hechos se encuentran ratificados por informes de profesionales.
  4. Que los delitos criminales cometidos por el redentorista los llevó a cabo siendo miembro de la Congregación del Santísimo Redentor.
  5. Que nuestros padres confiaron la educación de su niño de diez añitos a los padres redentoristas en el seminario de “El Espino”, quienes lo trasformaron en un peligroso criminal.
  6. Que ni nuestros padres ni nosotros jamás tuvimos conocimiento de las varias vidas secretas, libertinas y delictivas del sacerdote redentorista.
  7. Que de manera intencionada y continuada los responsables de la Congregación del Santísimo Redentor nos engañaron y nos ocultaron que el redentorista padre José Antonio había sido enjuiciado en Roma por delitos que todavía hoy guardan en cómplice secreto.
  8. Que la actividad delictiva del redentorista, condenado canónicamente, es un hecho del que tienen conocimiento casi todos los miembros del Congregación y que de forma corporativa no solo mantuvieron escondida, sino que además pusieron todos los medios para que jamás llegara esa información a sus familiares para que lo acogiéramos engañada y generosamente.
  9. Que la actuación protectora y encubridora de la Congregación del Santísimo Redentor se extiende hasta hoy mismo. Nuestra familia continúa siendo víctima de una emboscada criminal.
  10. Que nuestras familias nos manifestamos ajenas a cualquier responsabilidad de los delitos del redentorista y exigimos la inmediata comparecencia de los padres redentoristas, corresponsables de éste y de todos los crímenes del redentorista y de la propia congregación.
  11. Que la víctima ha sido manipulada, abusada y torturada desde los trece años y como consecuencia ha protagonizado varios intentos de suicidio.
  12. Que el propio sacerdote redentorista además de violarla la ha inducido al suicidio porque le interesa su desaparición.
  13. Que de la situación de desesperación de la víctima se encuentran informados tanto la Congregación del Santísimo Redentor como el Poder Judicial.
  14. Que el desprecio proveniente de estos dos poderes, eclesiástico y judicial, están conduciendo a la víctima a exacerbar su desesperación.
  15. Que los encubridores y colaboradores del redentorista abusador deberán responder ante la sociedad. Ahora son ellos también responsables de lo que pudiera suceder a la víctima violada.
  16. Dejamos aquí constancia por si debiera intervenir un Tribunal supranacional. Nosotros, los abajo firmantes, estamos en disposición de ofrecer información valiosa, contrastada e inapelable para poner fin a estos horrores delictivos tan sutiles como criminales.

Firmado: José Luis Reula Paúl y Carlos Reula Paúl.