Dura exhortación apostólica

El Papa urge a salvar el planeta sin pensar en los "intereses circunstanciales" de la industria

"El mundo que nos acoge se va desmoronado", dice Francisco, que reclama obligar a gobiernos y empresas a cumplir con la transición verde

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Papa / Reuters

Irene Savio

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Una denuncia de palabras durísimas, una renovada y clara crítica a las élites y el reclamo de medidas urgentes para obligar a gobiernos y empresas a cumplir con la transición verde. Así se puede resumir la última exhortación apostólica de Francisco, de cara a la próxima cumbre del clima COP28 de Dubái (Emiratos Árabes Unidos). "El mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre", dice el Papa en un mensaje que coincide con el inicio del sínodo de renovación de la Iglesia católica.

"El mundo que nos acoge se va desmoronado", dice Francisco, que reclama "obligar" a gobiernos y empresas a cumplir con la transición verde

En la exhortación apostólica, titulada 'Laudate Deum' (Alabemos a Dios) y destinada "a todas las personas de buena voluntad", traza un panorama descorazonador sobre el cambio climático y las consecuencias de las estrategias de la industria y políticas que se han llevado a cabo hasta ahora. "Ya no se trata de una cuestión secundaria o ideológica, sino de un drama que nos daña a todos”, advierte Francisco, que reclama que de la cumbre del clima salgan medidas vinculantes y sanciones.

"No se trata de una cuestión secundaria o ideológica, sino de un drama que nos daña a todos"

Según el Papa, "en los últimos años no han faltado personas que pretendieron burlarse" de las denuncias sobre la crisis climática y argumentaron que "el planeta siempre tuvo y tendrá periodos de enfriamiento y calentamiento". Pero estas personas olvidan que "lo que estamos viendo ahora es una inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación", subraya Francisco. Denuncia el Papa a aquellos que han llegado a responsabilizar "a los pobres porque tienen muchos hijos". "Como siempre, parece que la culpa recae en los pobres", señala Jorge Mario Bergoglio.

Toque a los "grandes poderes"

Por el contrario, el problema es que "lamentablemente la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos", dice Francisco. Estos están más “preocupados por el mayor rédito posible con el menor coste y en el tiempo más corto que se pueda”, argumenta. Así, las "criaturas de este mundo han dejado de ser compañeros de camino para convertirse en nuestras víctimas", afirma.

En esta línea, el Pontífice argentino también rehuye a aquellos que creen que la solución está en la tecnología, ya que ésta requiere recursos naturales que "sin duda no son ilimitados", como "el litio, el silicio y tantos otros". Además, el hombre no siempre ha demostrado en el pasado la capacidad de gestionar correctamente los avances, razona el Papa argentino. "Basta con pensar en las tecnologías 'admirables 'que fueron utilizadas para diezmar poblaciones, lanzar bombas atómicas y aniquilar etnias", recuerda. 

"No es conveniente confundir el multilateralismo con una autoridad mundial concentrada en una élite con excesivo poder"

"La decadencia ética del poder real se disfraza gracias al marketing y la información falsa", ha añadido. Por eso, considera que es importante una reconfiguración del multilateralismo que sea "desde abajo y no simplemente decidido por las élites de poder". "No es conveniente confundir el multilateralismo con una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder", continúa. 

Controles y sanciones

Jorge Mario Bergoglio también ha dejado claro cuál es, en su opinión, una de las soluciones. En una reflexión sobre las tantas promesas realizadas en el marco de las conferencias sobre el clima, Francisco critica "los escasos resultados" de las cumbres, sobre todo porque "no se establecieron adecuados mecanismos de control, revisión periódica y sanción de los incumplimientos". Ahí está el obstáculo, advierte el Papa.

Por eso, la única esperanza es que en reuniones como la COP28 que arranca el próximo 30 de noviembre se establezcan finalmente "formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente". La solicitud es directa: "Ojalá quienes intervengan puedan ser estrategas capaces de pensar en el bien común y en el futuro de sus hijos, más que en intereses circunstanciales de algunos países o empresas", resume.

"Terminemos de una vez con las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, 'verde', romántico", dice. La nueva conferencia de la COP28 en Emiratos Árabes Unidos, recuerda, se celebrará en un país que "es un gran exportador de energías fósiles" y donde "las empresas de gas y petróleo ambicionan nuevos proyectos allí para ampliar más aún la producción". Con todo, afirma que "no esperar nada de la reunión" sería un "acto suicida”.