Hábito peligroso

Dos de cada diez españoles hacen dietas milagro, pese a que el 98% fracasan

El público objetivo son mujeres, jóvenes y población con bajos ingresos y nivel educativo

"He probado más de 100 dietas milagro y, si adelgazaba cuatro kilos, engordaba 10"

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Dietas milagro

Dietas milagro

Patricia Martín

Patricia Martín

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El fin de las vacaciones suele traer consigo dos hábitos. Por un lado, apuntarse a un gimnasio o recuperar la rutina de acudir, si se había abandonado. Y, en segundo lugar, ponerse a dieta. El objetivo: perder los kilos ganados en el periodo vacacional. Sin embargo, el ejercicio en exceso y sin supervisión, así como recurrir a una de las muchas dietas milagro, que prometen resultados impactantes, en poco tiempo y sin apenas esfuerzos, puede conllevar riesgos para la salud y, además, que engordemos con más facilidad al dejar el régimen.

“La gente busca soluciones rápidas y prueban estas dietas porque hay mucha desinformación y la industria vende productos milagrosos"

Cristóbal Morales

— Endocrino y vocal de la SEEDO

“Se buscan soluciones rápidas y, como hay mucha desinformación y la industria vende productos milagrosos, que se pueden comprar sin receta, la gente prueba porque la obesidad es la enfermedad más compleja del siglo XXI”, reflexiona Cristóbal Morales, endocrino y vocal de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).

Según el estudio ‘Las dietas milagro en España’, efectuado por la Fundación Mapfre en colaboración con la Academia Española de Dietética y Nutrición, dos de cada diez españoles reconoce haber probado alguna de esas dietas que prometen resultados espectaculares en poco tiempo, porcentaje que asciende al 45% cuando se les pregunta si conocen a alguien de su entorno que haya seguido un régimen de este tipo, lo que indica que hay más gente que las hace de lo que reflejan las encuestas. El público diana suelen ser mujeres, jóvenes y población con bajos ingresos y nivel educativo. El 81% de quienes confiesan que han seguido una dieta milagro también reconocen haber hecho entre una y tres en los últimos años.

No funcionan

Es decir, hay gente que se pasa buena parte de su vida de dieta en dieta. La presión de los cánones de belleza es grande y el índice de obesidad y sobrepeso de la población española también. Y eso que el citado estudio indica que ocho de cada diez encuestados piensa que seguir una dieta milagro conlleva riesgos para la salud, mientras que el 90% afirman que no funcionan.

De hecho, la Eating Disorder Foundation (fundación americana que lucha contra los trastornos alimentarios) ha alertado de que la industria del adelgazamiento que promueve la mayoría de las dietas milagro es el único negocio rentable del mundo con una tasa de fracaso del 98%.

"Al dejar la dieta, se acumula grasa con más rapidez"

Alma Palau

— Expresidenta del Consejo de Dietistas y Nutricionistas

Pero, ¿por qué fracasen si la gente las sigue a pies juntillas? Hay varios motivos. Uno de ellos es que cuando se ingieren menos calorías, “el organismo reduce su gasto y, al dejar la dieta -dado que son tan restrictivas que es imposible mantenerlas mucho tiempo-, como el cuerpo se ha acostumbrado a quemar menos calorías, se acumula grasa con más rapidez”, explica Alma Palau, expresidenta del Consejo General de Dietistas y Nutricionistas. Además, “se alteran los mecanismos que hacen que el cuerpo se mantenga en el normopeso, casi siempre por efecto de la insulina, que deja de trabajar correctamente y, al ser la hormona que quema el azúcar, se acumula grasa con más facilidad”. Se trata del ‘efecto yoyó’ de las dietas milagro, según la denominación empleada por los nutricionistas.

Sin embargo, los primeros días y semanas, efectivamente, hay una pérdida de peso, normalmente porque se pierde líquido y masa muscular, pero poca grasa. De ahí que se usen también justo antes de una boda o celebración, para lograr que el vestido cierre, aunque luego se suele recuperar el peso perdido.

Efectos en la salud

El problema es que “adelgazar y engordar, de forma cíclica, es perjudicial para el metabolismo”, continúa Palau. Los estudios científicos señalan que las dietas milagro, sobre todo si se recurre a ellas con cierta asiduidad, pueden provocar hipertensión, pérdida de masa muscular y ósea, enfermedades cardiovasculares, daño hepático y renal, irregularidades menstruales, infertilidad y depresión.

Pueden provocar hipertensión, pérdida de masa muscular y ósea, enfermedades cardiovasculares, daño hepático y renal o depresión

Las dietas milagro se pueden clasificar en dietas hipocalóricas desequilibradas, que aportan pocas calorías; dietas disociativas, basadas en que los alimentos engordan si se comen combinados pero no solos, y dietas excluyentes, basadas en eliminar algún nutriente. Entre estas últimas la más famosa es la Dukan, que se basa en ingerir proteínas, aunque el exceso de grasa puede dañar el hígado o el riñón.

Ayuno intermitente

No se considera una dieta milagro pero en los últimos años se ha puesto de moda el ayuno intermitente, que consiste en no comer durante un periodo a diario o a días alternos. Este hábito está generando un debate entre nutricionistas, dado que algunos profesionales lo defienden porque ha demostrado beneficios en la pérdida de peso y la prevención de las diabetes, pero otros no lo recomiendan. Ante ello, conviene recordar, según el doctor Morales, que “en medicina no hay café para todos” y lo que para un perfil de personas puede estar indicado, no es aconsejable para otros.

Por ello, los especialistas recomiendan que, antes de realizar cualquier tipo de dieta o ayuno intermitente, se pida consejo profesional, sobre todo a nutricionistas, dietistas o endocrinos, dado que los médicos de atención primaria tienen tantos pacientes que apenas pueden realizar un seguimiento personalizado. Además, otro de los inconvenientes es que apenas hay nutricionistas en la sanidad pública. Catalunya y Galicia están en proceso de implantación de esta figura en los centros de salud y los hospitales, pero el resto de comunidades van por detrás, de ahí que muchas personas hagan dietas por su cuenta. Además, quienes acusan problemas de obesidad deberían ponerse en manos de unidades multidisciplinares dotadas con médicos, nutricionistas, entrenadores y psicólogos pero, de nuevo, no existen en todos los hospitales o tienen largas listas de espera.

Menopausia

Sobre todo, los especialistas recomiendan pedir consejo profesional durante la menopausia, dado que en este periodo se suele reducir el gasto energético y la masa muscular, lo que se puede traducir en que se ganen kilos y se debiliten las extremidades.

Sin embargo, siempre hay que tener claro que “el peso ideal no existe” y que el objetivo debe de ser “mantener el mejor peso saludable”, que no está marcado por los mandatos de la delgadez extrema, sino por aquel peso que permite a la persona “subir escaleras o no fatigarse al hacer algo de ejercicio” y se puede mantener en el tiempo, según subraya el vocal de la SEEDO.

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