Infancias rotas

Alba Alfageme, psicóloga: "Los huérfanos de la violencia machista pueden reproducir los roles de víctima y maltratador"

39 huérfanos este año por violencia machista: niños víctimas del trauma y el desamparo

La mitad de las mujeres con seguimiento policial por violencia de género tiene hijos menores

Alba Alfageme, psicóloga especializada en violencia machista.

Alba Alfageme, psicóloga especializada en violencia machista. / A. A.

Olga Pereda

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En lo que va de año, la violencia machista ha dejado huérfanos a 39 menores de edad, una cifra terrible que ya supera a la registrada en todo el año anterior (38 huérfanos). En 2021 fueron 32. Y en 2020, 26. Solo esta semana, seis niños han perdido a su madre. En muchas ocasiones, han sido testigos de los asesinatos y, previamente, de palizas, golpes e insultos.

Desde 2013 -año en el que comenzaron a realizarse estadísticas oficiales- la cifra de niños y niñas que se han quedado sin madre por los feminicidios asciende a 416. ¿Cómo se sobrevive al hecho de ver a tu padre asesinar a tu madre? ¿Qué tipo de ayuda psicológica necesitan?

Hablamos con Alba Alfageme, psicóloga especialista en violencia machista y profesora en la Universitat de Girona.

Algunas entidades afirman que hasta el 70% de los crímenes machistas se cometen delante de los hijos. ¿Qué supone para los menores ser testigos directos de algo así?

En la violencia machista es esencial entender que los hijos son receptores de esta violencia, aunque no hayan recibido un golpe físico directo. Convivir con la violencia implica unos efectos clarísimos en ellos y ellas, iguales a los que sufren las mujeres maltratadas. De hecho, vivir la angustia y el miedo de sus madres hace que sufran inseguridades, miedo y tristeza. Y también confusión acerca de ellos mismos y de su relación con el mundo. Lo ven como un lugar inseguro, incierto y violento.

Son menores de edad y están en una etapa fundamental de la vida. ¿Les afecta también en su desarrollo? 

Afecta a su desarrollo, efectivamente. Mucha de esta angustia se traduce en terrores nocturnos, alteraciones del sueño, problemas alimentarios, estrés y depresión. Insisto, es muy importante tener claro que, aunque no sean el objetivo directo de las agresiones físicas, padecen violencia psicológica y se debe considerar una forma de maltrato infantil. La incidencia es alta. Es un dolor y una experiencia que no tendría que vivir nadie y menos en estas etapas precoces del desarrollo personal. Es importante tener presente que pueden acabar integrándolo.

Manifestación contra la violencia machista

Manifestación contra la violencia machista / E. P.

¿Todos necesitan ayuda psicológica?

Ayuda psicológica, sí, y especializada. Esto no se puede trabajar sin unos conocimientos específicos del profesional que les atiende para entender todo el contexto social y cultural que alimenta esta violencia y como se construye el sentimiento de culpa, vergüenza y los estigmas que pesan encima de las madres. Todo eso se puede acabar reproduciendo en los niños y en las niñas. A veces se puede reproducir el rol, ya sea como maltratador o maltratada. 

Qué terrible.

Estos niños y niñas están creciendo, viven un momento de desarrollo madurativo y conforman su personalidad en función de las experiencias que viven. Así que pueden acabar interiorizando los roles y los modelos. Es la consecuencia de vivir en la violencia mientras eres niño. Por eso es importante que se detecte lo antes posible para que no interioricen ni justifiquen que los golpes y los insultos es lo normal en una relación. Hay hijos e hijas de situaciones de violencia machista que acaban entendiendo que una forma normal es el uso de la violencia porque, al final, es el modelo que han vivido. 

Entonces, ¿les afecta también cuando se convierten en adultos?

A menudo estos niños y niñas acaban creciendo y desarrollándose a través del miedo, una situación que acaba repercutiendo en trastornos por estrés postraumático o depresión por desesperanza o posibles trastornos de personalidad. Y todo ello se puede producir aunque no haya habido un golpe directo o violencia física directa. Solo por vivir en la violencia. Muchos estudios afirman que estos menores padecen enormes consecuencias negativas, ya sea en su desarrollo físico o psicólogico. Y afecta a su mundo emocional, su comportamiento, sus relaciones sociales, sus valores y su rendimiento académico. A veces manifiestan conductas agresivas desafiantes o mostrando baja autoestima, ansiedad, inhibición. Somatizan la violencia.

¿Por dónde empezar?

Si esto se trabaja lo antes posible, se puede contener para que todo el río doloroso que han sufrido no acabe contaminando toda su vida. Si no se detecta o se trabaja en edades precoces, el día de mañana muchos de ellos y ellas podrán tener consecuencias aunque no las relacionen con la violencia de su infancia. Reproducen roles que habían visto en sus padres. Es muy importante romper el círculo de la violencia transgeneracional.